Los detalles del 'partygate', la fiesta navideña en Downing Street que acorrala a Johnson
El primer ministro británico ha ordenado una investigación interna para determinar si realmente se celebró y quiénes estuvieron
Johnson siempre ha negado que esa fiesta tuviera lugar en pleno confinamiento las pasadas navidades
El 68% de los británicos cree que Johnson miente y el 54%, que debería dimitir, según una encuesta del diario The Times
La polémica fiesta celebrada el 18 de diciembre de 2020 en el 10 de Downing Street no fue algo improvisado. Se planeó durante tres semanas y se enviaron invitaciones a funcionarios y asesores por WhatsApp, según ha revelado esta semana el diario The Times. Reino Unido estaba entonces en el nivel 3 de alerta contra la covid-19, que prohibía las reuniones en interiores de personas que no convivían, y el país contabilizaba las muertes por centenares.
El primer ministro británico, Boris Johnson, siempre ha negado que esa fiesta tuviese lugar, incluso durante su comparecencia esta semana en la Cámara de los Comunes, y ha ordenado una investigación independiente para determinar si realmente se celebró y quiénes estuvieron. El partygate, como ya lo han bautizado la prensa británica, acorrala al premier; pocos dudan de qué no supiera de la existencia de la fiesta en su residencial oficial de Downing Street.
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La dimisión de su asesora
La reunión era un secreto a voces y esta semana la cadena ITV filtró la prueba del delito: un vídeo que le ha costado el puesto a su protagonista: Allegra Straton, asesora de Johnson, y entonces portavoz del Gobierno británico. Las imágenes muestran a Straton, entre risas, ensayando con sus colegas cómo serían sus respuestas a los medios si se filtraba la noticia. El pasado miércoles, ya entre lágrimas y en la puerta de su casa, dimitió como asesora del primer ministro. Y podría no ser la última.
Según The Guardian, el ahora portavoz de Johnson, Jack Doyle, presentó su dimisión tras saberse que asistió a la fiesta, que llegó a intervenir ante más de 50 personas y entregó unos premios, en tono irónico, que incluía a los "mejor vestidos". Johnson, a diferencia de la de Straton, no habría aceptado su renuncia. El evento, con queso y vino, se prolongó hasta altas horas de la noche, con docenas de empleados bebiendo e intercambiando regalos del amigo invisible. Y al parecer no fue la única fiesta. El secretario de Gabinete, Simon Case, es el encargado de investigar esta y otras dos más celebradas el 27 de noviembre y el 10 diciembre de 2020.
Las posibles fotos de la fiesta
El antiguo asesor y mano derecha de Johnson, Dominic Cummings ha afirmado a los medios que podrían salir a la luz fotos que prueben que se llevaron a cabo tales reuniones. Según Cummings, el primer ministro supo de la existencia del festejo pero posiblemente no asistió. Si Johnson no estaba ese día en su residencia de campo a las afueras de Londres, seguramente tuvo que pasar en algún momento por el lugar del edificio de Downing Street donde tenía lugar la fiesta de Navidad, ha añadido Cummings, enemigo declarado de Johnson desde que fue cesado un mes antes de la famosa fiesta.
Este escándalo ha tenido un impacto político inmediato. Los conservadores han perdido su liderazgo en las encuestas frente al opositor Partido Laborista. Una encuesta de YouGov para el periódico The Times mostró que habían caído 3 puntos hasta situarse en el 33%, mientras que los laboristas subieron 4 puntos hasta el 37%. Tres de cada cuatro británicos creen que hubo fiesta, el 68% de los encuestados cree que Johnson ha mentido y el 54%, que debería dimitir.
Rebelión en los Comunes
La abrumadora victoria de Johnson en las elecciones anticipadas de 2019, ganó 365 de 650 escaños, fue la mayor para el Partido Conservador desde la victoria de Margaret Thatcher en 1987. Pero Johnson está de capa caída; se enfrenta además a las críticas por su manejo de la pandemia o la remodelación de su piso de Downing Street.
A todo esto se suma el descontento de varios diputados conservadores por la imposición de nuevas medidas anticovid, como el uso obligatorio de mascarillas en lugares cerrados y un pase de vacunación para entrar en espectáculos o eventos con mucha concurrencia de público. Según los medios, el jefe del Gobierno afronta una rebelión en las filas tories ya que unos 50 parlamentarios de su formación pueden votar en contra de las nuevas restricciones cuando sean debatidas y votadas el próximo martes en la Cámara de los Comunes. Veremos.