Estamos en plena resaca de la final de la Super Bowl. Hace apenas unas horas terminaba el espectáculo más visto en Estados Unidos cada año. Finalmente, sin Rosalía, y con un descafeinado show de The Weeknd.
No se imaginaba The Weeknd lo que se le venía encima. Miles de fans se agolpaban a la entrada del estadio. Entre los asistentes, 7.500 sanitarios. Invitados de honor este año. “Que nos compensen así es muy especial”, han explicado ellos mismos.
Junto a ellos un público acartonado. Muchos han pagado 100 dólares por tener su foto en las gradas.
Había ganas de fútbol y sobre todo, de fiesta. Miley Cyrus calentaba motores antes del partido.
La final ha sido arbitrada por primera vez por una mujer y animada por un escurridizo y ligero espontáneo, que para muchos estuvo más emocionante que el medio tiempo.
Porque ni multiplicándose conseguía The Weekend llenar el medio tiempo. Su espectáculo, que le ha valido siete millones de su bolsillo, que para muchos, no ha conseguido deslumbrar.