Un avión con 56 pasajeros -incluidos siete menores- y seis tripulantes a bordo se estrelló en Indonesia apenas cuatro minutos después de despegar del aeropuerto de Yakarta. El aparato, un Boeing 737-500 con 26 años de antigüedad, perdió más de 3.000 metros de altura en menos de un minuto y se precipitó sobre el mar de Java, según indicó el portal de internet Fligthradar24.
Las autoridades indonesias informaron de la puesta en marcha de una operación de búsqueda. "El avión cayó al mar como un rayo y explotó en el agua. Fue tan cerca que algunos cascotes de contrachapado casi golpearon mi barco», explicó a la BBC un pescador testigo del siniestro. También escucharon la explosión otros vecinos de las islas Laki y Lancang, en cuyas aguas los equipos de rescate ya han encontrado restos del aparato y buscan el fuselaje. Por desgracia, se teme que hayan fallecido las 64 personas.
El avión de la aerolínea Air Sriwijaya se dirigía a Pontianak, en la isla de Borneo, cuando desapareció del radar, según ha confirmado el responsable del aeropuerto internacional Soekarno-Hatta, Haerul Anwar, al portal de noticias Sarang Berita. También una portavoz del Ministerio de Transportes, Adita Irawati, ha confirmado que se ha perdido el contacto.
El aparato despareció de los instrumentos de seguimiento cuando sobrevolaba la isla de Lancang. De acuerdo con la web de seguimiento FlightRadar, el avión perdió más de 10.000 pies de altitud en menos de un minuto, aproximadamente 4 minutos después de la salida de Yakarta.
El aparato siniestrado es un Boeing 737, no uno de los polémicos modelos MAX que se han pasado en tierra desde marzo de 2019 hasta el pasado mes de diciembre por culpa de dos accidentes mortales. Precisamente, el primero de ellos tuvo lugar en Indonesia en octubre de 2018, cuando un vuelo de Lion Air con 189 pasajeros cayó también en el mar doce minutos después de despegar de Yakarta. Cinco meses después, otro modelo igual se estrelló en Etiopía con 157 personas a bordo.
En ambos casos, la investigación reveló fallos del sistema informático que provocaron que los dos aviones cayeran en picado sin que los pilotos pudieran controlarlos. Tras corregir dichos errores en medio de un escándalo mundial que destrozó la imagen de Boeing y menguó sus pedidos, los 737 MAX volvieron a volar en EE UU en diciembre. Pero la compañía fue multada esta semana con 2.500 millones de dólares (2.045 millones de euros) por ocultar tales fallos.