El balance de fallecidos a causa de un deslizamiento de tierras en una mina de jade situada en el estado birmano de Kachin, en el norte del país, no para de subir. En las últimas horas ya se acerca a los 200 muertos, según han confirmado los equipos de rescate, que continúan trabajando en la zona en la que podría estar trabajando unas 300 personas.
"Una alta colina de más de 304 metros se ha derrumbado, enterrando a los extractores locales de jade", ha explicado un trabajador de los servicios de rescate en el comunicado publicado por el Ministerio de Información birmano.
Las autoridades han advertido de que cientos de mineros podrían haber quedado sepultados por el masivo deslizamiento de tierras provocado por las lluvias del monzón. La mina está situada en la localidad de Sate Mu, en la región de Hpakant, y el deslizamiento de tierra se ha registrado a las 8.00 horas de este jueves.
En el momento del deslizamiento, en la mina se encontraban cientos de operarios y las autoridades creen que la mayoría de ellos habrían quedado sepultados, según ha explicado a la agencia china de noticias Xinhua un agente de la Policía local.
Según los residentes y las autoridades, la mina suspendió sus operaciones a finales de junio a causa de las fuertes lluvias en la zona y ante el inicio de la temporada del monzón, tal y como ha recogido el diario birmano 'The Irrawady'.
Los deslizamientos de tierra son un fenómeno frecuente en el estado de Kachin, conocido como la tierra del jade, particularmente en la región minera de Hpakant. En noviembre de 2015, un deslizamiento de tierras en la misma región acabó con la vida de 116 personas que estaban extrayendo jade en una mina.
Muchos residentes viven de la extracción de jade en la región y la mayoría de los deslizamientos son provocados por el derrumbe parcial de paredes y muros de contención.
Ko Naung Latt, director del grupo ecologista Green Land, ha señalado que, "si bien hay órdenes gubernamentales sobre la acumulación de residuos y otras normativas, no son aplicadas de forma adecuada".
"La pobreza también fuerza a mineros y chatarreros a buscar entre los residuos en cualquier momento, por lo que normalmente hay víctimas por accidentes", ha dicho. "El Gobierno debe emitir castigos y los agentes deben inspeccionar la zona", ha remachado.
Por su parte, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ha expresado su "profunda tristeza" por el incidente y ha trasladado sus condolencias a los familiares de las víctimas, así como a la población y el Gobierno de Birmania.
El portavoz de Guterres, Stéphane Dujarric, ha manifestado además que el secretario general "ha reiterado la disposición del organismo a contribuir a los esfuerzos en marcha para hacer frente a las necesidades de la población afectada".