Derek Chauvin sentenciado a 22 años y seis meses de prisión por la muerte de George Floyd
Tras oír la condena ha mostrado sus condolencias a la familia de Floyd
Esta acusado de asesinato involuntario en segundo grado
También de asesinato en tercer grado y de homicidio en segundo grado
El exagente de la Policía de Mineápolis Derek Chauvin ha sido sentenciado este viernes a 22 años y seis meses de prisión por la muerte del ciudadano afroamericano George Floyd, cerrando así uno de los episodios de violencia racial más mediáticos.
Chauvin, para quien la acusación había pedido 30 años de cárcel, se ha dirigido a la familia de Floyd antes de la lectura de su sentencia para mostrarles sus condolencias y esperar que después de todo obtengan "algo de paz".
MÁS
Los doce integrantes del jurado popular señalaron en abril que Chauvin era culpable de asesinato involuntario en segundo grado, de asesinato en tercer grado y de homicidio en segundo grado por la muerte de Floyd en mayo de 2020.
Antes de que se conociera la sentencia, el juez Cahill, ya había denegado el último intento de la defensa para que se celebrara un nuevo juicio con el argumento de que tanto el jurado popular que en abril declaró culpable a Chauvin de todos los cargos de asesinato por la muerte de Floyd como el proceso habían estado viciados.
El abogado de Chauvin, Eric Nelson, argumentó que su cliente no había tenido derecho a un juicio justo, pues, entre otras cuestiones, el jurado popular "actuó incorrectamente" durante todo el proceso debido a "amenazas" e "intimidaciones", así como por la "presión por motivos raciales" del caso.
Floyd fue detenido en mayo de 2020 a la salida de un establecimiento por haber utilizado un billete falso para pagar un paquete de cigarrillos. Durante el operativo, fue esposado y colocado en el suelo sobre su pecho.
Chauvin clavó su rodilla sobre el cuello de la víctimas durante nueve minutos, pese a los avisos de que no podía respirar. Su muerte, registrada en un vídeo que dio la vuelta al mundo, generó una ola de indignación a nivel global, con movilizaciones y marchas que en ocasiones derivaron en disturbios, y puso nuevamente sobre la mesa el racismo de las instituciones estadounidenses.