Continúa la crisis diplomática por las polémicas declaraciones del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quien de repente sorprendía al manifestar que se iba a dar un tiempo en las relaciones con España.
“Hacer una pausa”, dijo exactamente este miércoles desde Ciudad de México, en una intención declarada que ha causado extrañeza en el Gobierno de España.
“Me sorprendió ver el titular”, ha manifestado la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, tras hacer un gesto negando con la cabeza.
Hoy, no obstante, López Obrador ha matizado sus palabras: “No hablé de ruptura. No”, ha dicho, pero aun así insiste en que empresas como Repsol, OHL o Iberdrola abusaron de su país por los privilegios que les concedieron los anteriores gobiernos mexicanos.
Aunque España es, tras Estados Unidos, el país que más invierte en México, el presidente mexicano habla de “saqueo impune”, y vuelve a hacer una petición: “Deberían de ofrecer hasta disculpas”.
Ya en 2019 el mandatario mexicano envió una carta a Felipe VI exigiéndole que pidiera perdón por los abusos cometidos por España durante la conquista.
Desde entonces, López Obrador no ha dejado de moverse entre el entusiasmo, –con algún “Qué viva España” incluido–, y el enfado con nuestro país.
Partidario de "serenar la relación" para que España asuma que no se puede "saquear México impunemente", según ha señalado este jueves, a continuación ha insistido: "Vamos a entrar en una etapa nueva, despacio".
Obrador afirma que "a veces tarda en que se entienda que ya hay otras condiciones" en México y, por tanto, ve necesario "avisar" de que las empresas ya no pueden optar a contratos públicos en el país norteamericano sin ningún trámite, con la supuesta connivencia con autoridades locales.
"Nos vieron como tierra de conquista", ha vuelto a insistir, cuestionando de nuevo que, con cada presidente anterior, hubiese una empresa "favorita".
"Nos han ofendido a los mexicanos, porque no solo es el que trabajen los altos funcionarios con estas empresas, sino lo que nos cuesta este tipo de relación", ha dicho indicando que en estos supuestos contubernios se ha perdido "dinero del presupuesto que es de todos los mexicanos, que en vez de usarse para sacar de la pobreza al pueblo se usaba para favorecer a estas empresas".
A este respecto, ha negado que haya una "fobia" hacia España y ha lamentado que ahora haya quienes "se rasguen las vestiduras". "Ahora se sorprenden, pues no hay ninguna ruptura, si hace falta aclararlo", ha dicho, dentro de una presentación en la que ha recalcado que "ya no se acepta la corrupción".
Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ha expresado su rechazo "tajante" a la intención expresada por el presidente de México de "pausar" las relaciones tras acusar a las autoridades y empresas españolas de "saquear impunemente" su país.
"El Gobierno de España rechaza tajantemente las declaraciones injustificadas del presidente de México en estos últimos días", ha señalado el titular de Exteriores en declaraciones en Bruselas, donde ha mantenido reuniones con entre otros el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, el Alto Representante de la UE para Política Exterior, Josep Borrell, y el vicepresidente Ejecutivo de la Comisión, Valdis Dombrovskis, con los que ha tratado la polémica generada por las autoridades mexicanas.
En este sentido, Albares ha insistido en que el Ejecutivo de Pedro Sánchez "no ha realizado ninguna acción que lleven a hacer una declaración de ese tipo". "Debe quedar claro, el Gobierno de España va a defender a los españoles, el bien nombre de España y a sus empresas en cualquier circunstancias", ha recalcado.
Así, ha reiterado que las relaciones entre España y México se sostienen sobre lazos "muy profundos" a nivel humano, lingüístico, cultural y comercial. "Los Gobiernos debemos reforzar esas relaciones, en ningún caso pausarlas, acompañarlas", ha subrayado.