Estados Unidos rebasa los 15 millones de contagios por coronavirus y empieza a ahogarse en una segunda ola que se recrudece, inundando ya no solo a las grandes aglomeraciones urbanas sino también áreas rurales que hasta ahora habían conseguido contener el avance del virus.
Estos datos llegan el mismo día que Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, advierte: "El pico de Acción de Gracias. Y es que desde el contagio hasta la aparición de síntomas pasan entre dos y diez días, además del lapso temporal de unas dos semanas hasta que las personas llegan al hospital y pasan a la UCI.
La transmisión lleva semanas al alza y el aumento de contagios tiene como consecuencia el incremento tanto de las hospitalizaciones como, posteriormente, de las muertes. Hay más de 100.000 personas hospitalizadas y más de 20.000 en unidades de cuidados intensivos, cifras récord desde el inicio de la pandemia, según los datos del proyecto Covid Tracking.
En máximos están también los fallecimientos. Esta ha sido la semana con mayor número de muertes por covid en Estados Unidos desde abril, con una media de 2.200 diarios y desde el inicio de la pandemia al menos 284.000 personas han fallecido a causa del covid-19.
"Los epidemiólogos nos habían alertado de que en octubre habría una segunda ola y así ha sido. Estamos a la expectativa", afirma César de la Fuente, catedrático de la Universidad de Pensilvania, en La Voz de Galicia. También explica que las predicciones apuntan a que la situación se mantendrá hasta enero o incluso febrero.
Las curvas epidemiológicas empiezan ahora a reflejar los efectos de las reuniones del pasado 26 de noviembre. Ya hay repuntes en 31 estados debido a que unos seis millones de estadounidenses se desplazaron por el país en una fecha que quizá se celebre incluso más que la Navidad. Y eso es un caldo de cultivo para incrementar la transmisión de la enfermedad, recuerda el catedrático de la Universidad de Pensilvania.
Es la misma predicción a la que se refiere Sonia Villapol, científica en el Centro Médico de Houston y miembro del equipo internacional de investigación del covid-19: su compañero Joseph Varon adelantaba hace unos días que Estados Unidos encara seis semanas negras.
La cuestión es también si existen particularidades en Estados Unidos que hayan llevado a esta situación. Y en esto sí coinciden ambos científicos: la ausencia de una coordinación estatal es uno de los alicientes del virus.
"Cada estado tiene sus propias reglas. La gente se mueve de un estado a otro y en los que han sido menos estrictos puede haber gente portadora del virus, asintomática y estar esparciéndolo", dice César de la Fuente, que destaca que aquellos países que han tenido un liderazgo nacional fuerte están en mejor posición en esta crisis sanitaria.
El catedrático pone sobre la mesa el cansancio de la población y la necesidad de una política de cribados masivos y sistemáticos -es decir, testar a todo el mundo varias veces- para controlar la expansión del virus a la espera de la distribución de las vacunas.
La científica, por su parte, ejemplifica con las directrices sobre el uso de las mascarillas y la ausencia de una política clara: "Los gobernadores pueden decir que se utilicen, los alcaldes que no, pero la minimización que se ha hecho del covid-19 en algunos momentos y por parte de dirigentes como el propio Donald Trump no han contribuido a que la población esté concienciada", concluye Villapol.