El coronavirus ha llegado a EEUU y, con él, las compras compulsivas de determinados productos. El más demandado, como en otros muchos países, el papel higiénico. El segundo, sin embargo, llama mucho más la atención: el agua de coco. Los fabricantes no dan a basto ante tanta demanda.
Los estadounidenses están acaparando kilos y kilos de productos enlatados y poco perecederos. Es aquí donde el agua de coco hace su aparición. Sus propiedades hidratantes la hacen una de las opciones preferidas para pasar la cuarentena y poder 'combatir' el coronavirus, o al menos eso piensa la población norteamericana.
Los productos a base de coco han sido de los más solicitados ya sea vía internet o en tiendas de autoservicio. De hecho, según Amazon, la tienda en línea más utilizada en Estados Unidos, las bebidas de agua de coco incrementaron sus ventas alrededor de un 60%, lo que ha provocado que se haya ido agotando en numerosas partes del país.
Empresas como Vita Coco ya están aumentando su producción para poder satisfacer la demanda, con el correspondiente incremento de beneficio. Las cadenas de supermercados ya están haciendo pedidos extra y la previsión es que las ventas sigan creciendo.
Según la CNN, Walmart ha superado en un 200% las ventas previstas. Toda esta 'locura' alrededor del agua de coco se debe, en parte, a su proceso de filtración que evita que el líquido se contamine de COVID-19 (o al menos así lo creen los consumidores, ya que no hay ningún estudio que certifique esta afirmación).
El agua de coco que consume EEUU proviene en su mayoría de Brasil, que ejerce de principal productora de este producto. Como curiosidad, el agua de coco se puede extraer hasta que los cocos 'cumplen' de cuatro a ocho a meses de vida. Su composición es en un 94% agua natural.