Los politólogos se preguntan “qué ha cambiado” para que de repente sea posible debatir en el Congreso un posible mayor control en la compra de armas en Estados Unidos. Barak Obama lo intentó con todas sus fuerzas, pero nunca pudo. Para acotar el desastre de las muertes por arma de fuego – mas del 60% de estas muertes al año son suicidios- lanzó el proyecto nacional más ambicioso de “Salud Mental”, pero los Republicanos y muchos demócratas no le apoyaban.
Y es que entre los demócratas, la gran mayoría respaldan el derecho a tener armas. Solo hay que recordar a Bernie Sanders, quien preguntado durante las primarías demócratas porque no pedía la prohibición de armas en su estado Vermont, aseguró que la Segunda Enmienda no podía ser objeto de debate y que las ramas se utilizaba en su estado para cazar. El mayor populista de izquierdas de Estados Unidos no tenía capacidad para defender que en su estado fundamentalmente rural, los ciudadanos no tuvieran armas en sus casas.
En realidad en Estados Unidos llevan décadas con el debate sobre un mayor control de armas, un debate esteril, porque además los estados deciden los límites e incluso en algunos condados. Y debate complicado porque en aquellos lugares en los que las restricciones de armas son mayores como Illinois, la tasa de asesinatos por arma de fuego es de las mayores del país, hasta el punto que el Chicago Tribune tiene una web que actualiza cada semana con los asesinatos.
Lo único cierto, tras la matanza de 17 chicos en un instituto de Florida, en la que el FBI ha pedido disculpas por no controlar al joven cuando denunciaron sus amenazas, el sheriff de la policía local ha dimitido porque dio orden de no entrar en el Instituto mientras el asesino disparaba y el instituto también ha pedido disculpas por no denunciar que el chico era “ mentalmente problemático”, es que hay una corriente social imparable para “hacer algo”. Y esto es novedoso, en primer lugar porque los que quieren control de armas – que no prohibición- tienen dinero, y , en segundo lugar porque hay un republicano en la Casa Blanca. Y si alguien puede asumir el supuesto riesgo electoral al que se enfrenta un presidente que pretender rescindir el derecho a tener armas, solo puede ser Republicano.
Y, de repente, todo el mundo lo empieza a ver claro. Donald Trump ha estado este jueves reunido con representantes para ver que modificaciones legales se pueden incluir y que sean bi-partidistas, la semana que viene se reunirá con Gobernadores de todo el país para debatirlo, tras anunciar en su twitter que por primera vez, defenderá los controles mentales de aquellas personas que quieran comprar un arma, subirá a los 21 años la edad minima para comprar un arma de fuego y llevará modificaciones legales al Congreso.
Es verdad, que también Trump escribió en redes sociales que había que armar a un porcentaje de profesores que tuvieran entrenamiento de armas para que pudiera haber en los colegios algún arma ( bajo llave) para usar por un profesor o responsable del colegio entrenado para ello en caso de emergencia.
Yo he vivido en Estados Unidos unos 15 años, y esta es la primera vez en la que es posible que algo por fin cambie en cuanto al control de armas ( no al derecho a tener armas). Y aunque para los europeos sea imposible de entender, si finalmente se produce, será un paso de gigante en un país en el que las “libertades individuales” están por encima de todo.