El número de personas en inseguridad alimentaria en los países del sur del continente africano ha aumentado un 140% en los dos últimos años. Ante situaciones desesperadas, medidas desesperadas.
La grave crisis alimentaria que viven los países del sur de África, donde las consecuencias de fenómenos extremos derivados del cambio climático está causando estragos en las cosechas, está afectando especialmente a mujeres y niñas y obligándolas a buscar mecanismos de supervivencia extremos.
Este tipo de medidas extremas está llegando a un punto álgido que no se puede permitir. Entre estos mecanismos, según alertan Oxfam, CARE, Plan International y World Vision, figuran el matrimonio adolescente o el sexo para poder adquirir algo de comida con la que subsistir.
La directora regional para África del Sur de Oxfam, Nellie Nyang'wa, ha explicado que “en esta región la crisis climática es permanente y está acabando con los medios de supervivencia gracias a los cuales las comunidades y las familias han sobrevivido a los periodos de escasez alimentaria durante generaciones”.
En los nueve países de la región, las cifras de inseguridad alimentaria han aumentado un 140% desde 2018. Así, hay 14,4 millones de personas en riesgo de grave inseguridad alimentaria, en comparación con los 6 millones que había hace dos años.
La situación es especialmente grave en Zimbabue, donde hay 5,8 millones de personas que pasan hambre, mientras que en Zambia hay 2,3 millones de afectados, en Mozambique hay 2 millones y en Malaui 1,9 millones.
En los dos últimos años, el retraso en la llegada de las precipitaciones y su escasez, la más larga desde 1981, así como otros fenómenos como las inundaciones y el aumento de las temperaturas, han alterado los ciclos, causando estragos con resultados devastadores para la población.
Como resultado de ello, se están produciendo grandes pérdidas en las cosechas, afectando a varios cultivos, entre ellos el maíz, uno de los alimentos básicos cuyo precio ha aumentado en toda la región desde 2019.
La magnitud de la sequía en todo el sur de África es alarmante, reconocen las cuatro ONG que trabajan en la región. En los últimos 5 años, el continuo deterioro de las cosechas ha hecho que los países no hayan tenido tiempo suficiente para recuperarse de crisis anteriores y que sus reservas de cereales se hayan agotado.
Esto ha provocado un efecto devastador sobre todo en los pequeños agricultores, pero sin duda alguna sobre todo en el género femenino.
El jefe regional de gestión de riesgo de desastres de Plan International, Stuart Katwikirize, ha destacado que “estamos muy preocupados por el creciente número de adolescentes que están siendo obligadas a casarse a cambio de comida”. Ndjiole, una joven angoleña de 16 años, fue obligada a dejar sus estudios y su hogar para cuidar las tierras y el ganado familiar.
"Estamos viendo un alarmante aumento del número de niñas que recurren al sexo como forma de ganar dinero para conseguir algo de comida. Apenas ganan 40 centavos cada vez que recurren a esta práctica", denuncia el director de asuntos humanitarios y de emergencia de World Vision en la región, Maxwell Sibhensana.
Por ello, Oxfam, CARE, World Vision y Plan International solicitan con carácter urgente que se financie el llamamiento humanitario de Naciones Unidas para ayudar a salvar las vidas de millones de personas. En el caso de Zimbabue, hasta ahora solo se han recibido el 51,2% de los fondos necesarios, mientras que para Mozambique ha llegado el 47,2% y para Zambia tan solo el 23%.