De héroe a villano: comienza el juicio al hombre que inspiró 'Hotel Ruanda'
Paul Rusesabagina se enfrenta a nueve delitos, entre ellos terrorismo y asesinato
En 1994 salvó la vida a 1.200 tutsis y hutus moderados durante el genocidio de Ruanda
Muy crítico con el presidente Kagame, denuncia que fue víctima de un secuestro
Dos años después del genocidio de Ruanda (1994), Paul Rusesabagina decidió poner tierra de por medio. Las continuas amenazas de muerte le obligaron, a él y a su familia, a buscar asilo político en Bélgica. No se atrevió a regresar a su país ni para el estreno en 2005 de Hotel Ruanda, la película inspirada en su historia y que fue candidata al Óscar.
No volvió a Ruanda hasta el pasado agosto. Rusesabagina, de 66 años, cogió un vuelo en Dubái con destino a Burundi, pero el avión aterrizó misteriosamente en Kigali, la capital ruandesa, donde fue detenido y enviado a prisión. El presidente del país, Paul Kagame, un viejo enemigo de Rusesabagina, calificó la operación para arrestarle de "impecable" y negó que hubiera sido secuestrado, como denunció su familia. Ahora se sienta en el banquillo acusado de delitos de terrorismo. Sus partidarios temen que no reciba un juicio justo.
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Un héroe 'de película'
El acusado fue considerado un héroe durante el genocidio de 1994, un intento de exterminio de la población tutsi a manos del gobierno hutu. El 70% de la población tutsi fue asesinada, alrededor de 800.000 personas. Rusesabagina, un influyente hombre de negocios hutu, casado con una mujer tutsi, era el gerente del famoso y lujoso Hotel Des Milles Collines en Kigali, donde refugió a más de 1.200 tutsis y hutus moderados de los hutus extremistas. Una historia que relató en su autobiografía An ordinary man (Un hombre común) en 2006.
Tras la matanza se convirtió en un opositor muy crítico con el presidente Kagame, uno de los políticos más respetados y temidos de todo el continente, por lo que vivía en el exilio entre Bélgica y ahora en Estados Unidos, donde creó una fundación que promueve la reconciliación para evitar nuevos genocidios. Aclamado en todo el mundo, recibió varios premios humanitarios. En 2005, el presidente George W. Bush le entregó la Medalla Presidencial de la Libertad.
Las claves del juicio
Conforme aumentaba su popularidad, Rusesabagina cada vez criticaba de forma más abierta y rotunda las políticas represivas del presidente Kagame, en el poder desde 2000, y líder de los rebeldes tutsis del Frente Patriótico Ruandés durante el genocidio. Rusesabagina lidera en el exilio el Movimiento Ruandés para el Cambio Democrático. Las autoridades de Ruanda acusan a su brazo armado, el Frente de Liberación Nacional, de ataques en la frontera con Burundi en 2018.
"No soy ruandés, soy un rehén belga. Fui secuestrado y ahora estoy siendo retenido", ha afirmado esta semana durante la vista ante el Alto Tribunal para Crímenes Internacionales, un proceso que ha suscitado una amplia condena internacional. Está acusado de nueve delitos, entre ellos asesinato, robo a mano armada y participación en una organización terrorista. El tribunal le ha denegado la libertad bajo fianza, que había solicitado por su salud, pero la fiscalía la ha rechazado por riesgo de fuga.
La abogada de Rusesabagina, Kate Gibson, ha señalado el juicio no cumple las garantías; a ella, incluso, no se le ha permitido entrar en Kigali para representarlo. Gibson insiste en que es ciudadano belga y asegura que Ruanda "no tiene jurisdicción para juzgar este caso y debería desestimar los cargos y suspender permanentemente el proceso". Pero ni el Parlamento Europeo, que ha pedido que "respeten sus derechos como ciudadano de la UE", ni el embajador de Estados Unidos en Ruanda, Peter Vrooman, que ha asistido al juicio, han conseguido influir en este proceso.