Desde el inicio de la pandemia, Marruecos ha combinado de manera eficaz anticipación y contundencia en la gestión de la pandemia. El resultado: una media diaria en la última semana en torno a las 400 infecciones y una incidencia de 1,3 casos por 100.000 habitantes, y un total de 489.096 casos y 8.737 fallecidos desde que comenzara la pandemia, según las cifras de las autoridades locales (no puede obviarse que es imposible determinar la distancia entre datos oficiales y realidad). Ahora Marruecos es uno de los países líderes del mapa de vacunaciones contra el coronavirus: décimo mundial y primero de África.
“Marruecos tomó decisiones drásticas y anticipativas, lo que explica el éxito cosechado”, afirma a NIUS el vicepresidente de la Federación Nacional de la Salud, el doctor Tayeb Hamdi. “Tuvimos la suerte de ver las dificultades que afrontaban nuestros vecinos europeos cuando la epidemia apenas había llegado aquí, y teniendo en cuenta que nuestro sistema sanitario no podía permitirse una situación similar, el rey Mohamed VI decidió actuar con contundencia decretando el confinamiento, que ha durado tres meses, y cerrando las fronteras”, abunda el especialista, referencia nacional en la materia.
Con datos del Ministerio marroquí de Sanidad, 4,24 millones de personas –el 11,7% de la población total- ha recibido ya al menos una dosis de la vacuna contra la covid-19 y 2,11 millones de personas -el 5,86%- las dos. Con diez millones menos de habitantes que España, Marruecos (36 millones) ha suministrado más dosis de la vacuna (5,74 millones frente a 6,2 millones) que su vecino del norte, según cifras de Our World in Data del 16 de marzo. “En las próximas semanas habrá medidas más restrictivas contra la movilidad con objeto de evitar una nueva ola de contagios y garantizar el éxito de la campaña de vacunación. Esperamos alcanzar la inmunidad colectiva en junio”, augura el doctor Hamdi.
El estado de emergencia sanitario regirá en Marruecos al menos hasta el 10 de abril. El toque de queda nocturno a las 21.00 horas –y hasta las 06.00 horas- y el cierre de hostelería y comercios a las 20.00 se mantendrán hasta el próximo 30 de marzo. Todo apunta a que estas medidas se prolongarán hasta el fin del mes de Ramadán, que comienza el próximo 12 de abril y tras el cual se prevé un nuevo pico de contagios por mor de los encuentros familiares. Además, en las últimas semanas Rabat ha suspendido las conexiones aéreas con 32 países, entre ellos Alemania, Bélgica, Países Bajos, Italia –todos con nutridas comunidades de origen marroquí-, Argelia o Portugal. España y Francia no están aún la lista negra, pero podrían entrar en cualquier momento.
La exitosa campaña de vacunación marroquí ha tenido eco en agencias y medios de comunicación extranjeros, y la prensa local presume de ello recogiéndolo en sus portadas. La OMS saludaba el pasado día 3 que Marruecos se encuentra en el top ten mundial de vacunaciones. El think tank estadounidense The Middle East Institute, con sede en Washington DC, asegura que Marruecos vacuna un 50% más rápido que la mayoría de países de la UE. Según las autoridades marroquíes, el 95% de las vacunas contra la covid-19 administradas en África se han inyectado en Marruecos.
Marroquíes y extranjeros, entre ellos los españoles residentes en el Estado norteafricano, elogian la rapidez y eficacia del sistema de vacunaciones local. Los ciudadanos son avisados por mensaje al teléfono de su cita con 48-24 horas de anticipación. “El día 12 de marzo nos llamaron de la Wilaya –el ayuntamiento- de Fez y el Consulado de España para que el personal del Instituto Cervantes mayor de 45 años nos vacunáramos”, explica a NIUS la Maribel Méndez, bibliotecaria del centro. “Menos de 24 horas después de la primera dosis se me envió un SMS para darme la fecha de la segunda vacunación. Todo muy bien organizado y rápido. Estoy muy satisfecha”, admite la española.
“La buena gestión de la pandemia se debe a la naturaleza del poder marroquí, que puede tomar decisiones como las que ha tomado. Han controlado bien a la población y el espacio público”, asegura a NIUS el sociólogo Hassan Hjij. “Además, Marruecos se ha beneficiado de la experiencia de otros países porque la pandemia llegó antes a nuestros vecinos y se consultó especialmente a los expertos chinos”, precisa.
El propio Hjij, de 54 años, recibió la primera dosis de la vacuna de AstraZeneca hace más de tres semanas y espera a la próxima para la segunda. “Como diabético soy beneficiario de la vacuna en esta fase en tanto que enfermo crónico. No he tenido que hacer ninguna gestión: se me avisó de que el 24 de febrero me vacunaban en mi centro de salud habitual. No he sufrido ningún efecto secundario. Están gestionándolo bien”, relata. “Como docente universitaria, me llamaron desde mi facultad para vacunarme en un centro creado al efecto junto a otros profesores”, evoca a NIUS Amal Alami, de 43 años y profesora de informática de la Universidad de Mohammedia, localidad situada a medio camino entre Rabat y Casablanca a orillas del Atlántico.
Este martes las autoridades sanitarias marroquíes anunciaban que la vacuna de AstraZeneca se seguirá administrando a pesar de la decisión adoptada por varios países de la UE en sentido contrario en las últimas fechas. El Estado magrebí se ha hecho hasta ahora con un total de 8,5 millones de dosis: 6 millones de AstraZeneca y 2,5 millones de Sinopharm.
Lo cierto es que el ritmo de vacunaciones se ha estancado en los últimos días. Las autoridades marroquíes esperan para las próximas semanas la llegada de un millón de dosis de la Sputnik V, tras el visto bueno de urgencia de las autoridades sanitarias a la vacuna rusa el pasado 10 de marzo. Rabat pretende asimismo adquirir viales de la estadounidense Johnson & Johnson.
“Veremos una ralentización de la administración de vacunas, pero con esta proporción de casi el 13% de la población y teniendo en cuenta la juventud de la población marroquí, hemos cubierto a una gran parte de los más vulnerables”, asevera el doctor Hamdi.
La baja incidencia de la epidemia, unido a la juventud de la población, ha relajado la percepción de peligro en la sociedad marroquí. La mayor parte de la población o no porta la mascarilla o lo hace de manera defectuosa en las grandes ciudades, y su uso es casi testimonial en barrios populares o pequeñas localidades. Los expertos piden no bajar la guardia ante la posibilidad de que las nuevas variantes, con el Ramadán de por medio, provoquen una otra escalada de contagios.