Aunque enseñar a conducir no debe ser fácil, seguro que el profesor de esta noticia nunca se imaginó que la suya fuera una profesión de riesgo. El vídeo de la clase no sabemos que da más si risa o susto. El coche parece sin control ninguno. Al terminar de conducir, profesor y alumno parecen exhaustos.
Lo cierto es que a juzgar por las imágenes incluso se puede pensar que el vídeo es una promoción de una autoescuela rusa. Increíble el alumno y la paciencia del profesor.
Al volante, el novato que, visiblemente nervioso recibe las instrucciones para poner el coche en marcha. La impresión de estar por primera vez al volante le juega una mala pasada.
El profesor se implica al máximo corrigiendo los volantazos del alumno. Cualquiera se puede temer lo peor.
Y a juzgar por el coche de prácticas, completamente destrozado en la parte posterior, demasiado bien está saliendo la clase.
Muchos gritos después y por qué no decirlo, también después de pasar mucho miedo, la pareja, de película, no puede hacer más que resoplar. Las caras de los dos al terminar la clase es un poema. No sabemos si repetirán juntos. Muchas emociones al volante.