{{#section.link.href}}
{{section.link.title}}
{{/section.link.href}}
Más de dos millones de aficionados a los extraterrestres se habían apuntado en Facebook, aunque, apenas unos cientos han acudido finalmente al evento ‘Storm Area 51, They Can´t Stop All of Us’. (Asaltar el Área 51, no pueden detenernos a todos’.
La idea inicial de la ‘quedada’, porque luego fue cambiando a medida que se acercaba la fecha, fue la de reunir el mayor número de gente posible para asaltar a la carrera el perímetro de una de las bases más custodiadas del mundo, todos a la vez, con los brazos a la espalda, ‘al estilo Naruto’, como el popular protagonista de la serie de ‘anime’ del mismo nombre.
El motivo de tan peculiar iniciativa, parafraseando la icónica sentencia que abría cada episodio de Expediente X, era que “la verdad está ahí dentro”. Y como en esto de los extraterrestres “creer es la clave” son millones las personas en todo el mundo que están convencidas de que en esa base militar, en el desierto de Nevada, se guardan restos de naves espaciales extraterrestres y los restos de los alienígenas que, según creen los partidarios de estas teorías, se estrellaron en la localidad de Roswell, en Nuevo México, en 1947.
Así que hasta allí, hasta la pequeña localidad de Rachel, en mitad del desierto de Nevada, se han ido unos cuantos cientos de fanáticos de los OVNIs. No están, ni mucho menos, todos los que son, pero indiscutiblemente, son todos los que están, porque en Rachel no están faltando estos días los disfraces de extraterrestre, los gorritos de papel de plata para evitar el control remoto del gobierno, ni los entusiastas que no pierden la oportunidad de su segundo de gloria en la tele. Como el que pudo verse salir corriendo tras un reportero en una conexión en directo.
El asalto al Área 51 se queda, de momento, en una pequeña ‘quedada’ poco más que pintoresca, pero con una enorme repercusión mediática. Decenas de canales de Youtube están retransmitiendo en directo desde la zona. Un grupo de asistentes se acercó la pasada noche hasta uno de los puntos de acceso a la base, donde exhibieron pancartas, gritaron consignas, pero no traspasaron el perímetro
La iniciativa nació en Facebook como poco más que una broma, pero creció hasta tal punto que a los organizadores se les acabó yendo de las manos. Con más de dos millones de inscritos las autoridades militares alertaron de que intentar entrar en una base militar por la fuerza no era ninguna broma y que el asalto, de producirse, podría provocar incidentes graves. También alertaron de una “posible tragedia humanitaria” las autoridades de la localidad de Rachel, el pequeño pueblo donde se había marcado la cita y en el que, advirtieron, no tenían las infraestructuras necesarias para poder acoger, alimentar, o incluso proporcionar agua a las más de 10.000 personas que, se calculaba, podían darse cita en el lugar.
La semana pasada el propio impulsor de la idea, Mathew Roberts, decidió hacer caso a estas advertencias, canceló el evento en Rachel y en un comunicado en la página web de ‘Alienstock’ explicaba: “Simplemente no queremos que nadie resulte herido o atrapado en medio del desierto”. No se anulaba el evento, pero Roberts lo cambiaba de sitio a un festival de música en el centro de Las Vegas.
Entonces. ¿Qué hacen cientos de personas en Rachel este fin de semana? La explicación es que no todos los organizadores han cancelado. Cuando nació el festival ‘Alienstock’ Roberts se alió con Connie West, una de las responsables del hotel ‘Little A’Le’Inn’, que da cobijo en la zona a los pocos locos de los ‘aliens’ que pasan por allí. West vio en esta ‘quedada’ la oportunidad de su vida para hacer su agosto en septiembre, así que organizó zonas de acampada, alquiló servicios portátiles, organizó un concierto y no ha estado dispuesta a cancelar su fiesta.
Durante todo el fin de semana, en Rachel, se van a ver personajes de todo pelaje y condición. Lo que seguro que no vamos a ver, son extraterrestres. Aunque alguno de los que andan estos días por allí, parezca que viven en otro planeta.