8 de mayo de 1945. La Segunda Guerra Mundial en Europa ha acabado, tras la rendición de la Alemania nazi. De manera espontánea millones de ciudadanos se lanzan en masa a la calle: la gente canta y baila, se llenan los pubs y los vecinos improvisan fiestas callejeras. Tras casi seis años de pesadilla ese día de primavera se ha convertido en uno de los más memorables de la historia del Reino Unido.
Este viernes todo va a ser muy diferente por el coronavirus. Hoy no habrá grandes ceremonias y los eventos multitudinarios se han suspendido, pero la gente está llamada a organizar fiestas en sus casas y en sus jardines y brindar con sus vecinos, aunque respetando las normas de distanciamiento social.
Los eventos oficiales del conocido en el Reino Unido como VE Day (Victoria en Europa) arrancarán con dos minutos de silencio a las 12 del mediodía (hora española). A las 16.00 horas la BBC emitirá extractos del famoso discurso del entonces Primer Ministro, Winston Churchill, seguido de una intervención del actual, Boris Johnson. En ese momento se ha instado a los ciudadanos a levantar una copa y brindar: “Por aquellos que nos dieron tanto. Os damos las gracias”.
El discurso de la Reina Isabel II, que se emitirá a las 22.00 horas, el mismo momento en el que su padre, Jorge VI, se dirigió a la nación en 1945. Justo después se ha invitado a los vecinos a que salgan a sus portales y canten la famosa canción de la guerra “We’ll meet again” de la cantante Vera Lynn, que ahora tiene 103 años.
La web del Gobierno británico creada para la ocasión incluye recetas y sugerencias sobre qué menú preparar, pasando por un listado de canciones para amenizar la fiesta o pósters y otros elementos decorativos que se pueden descargar, imprimir y colgar para adornar las viviendas.
“La Segunda Guerra Mundial es, en muchos sentidos, la última vez que los británicos tuvimos algo de lo que sentirnos orgullosos. Trabajamos juntos como país para batir a una dictadura fascista y muchos de nosotros tenemos familiares que murieron en esa lucha. Por ello quiero celebrar hoy lo que ellos hicieron”, nos cuenta Bob Wallace, que ultima los preparativos para este día festivo.
Este viernes algunos diarios dedican toda su portada a la celebración e incluyen especiales y desplegables sobre esta jornada histórica. Es el caso del “Daily Mirror” en el que leemos “Un día para la esperanza” o el “Daily Express” que lanza este mensaje: “Sigamos sonriendo”.
Destaca también el titular a toda página del diario conservador “Daily Telegraph” protagonizado por el nuevo líder laborista, Keir Starmer: “Debemos a la generación del Día de la Victoria el protegerla del virus en las residencias de la tercera edad”.
Precisamente ayer el “Royal Hospital Chelsea”, la famosa residencia de veteranos de guerra británicos, anunció que nueve (de un total de 290) han fallecido por coronavirus. Otros 58 se han recuperado después de dar positivo o de mostrar síntomas de la enfermedad.
En la contienda murieron 384.000 soldados británicos en combate. Sin embargo, una de las razones por las que esta guerra ha dejado una huella tan profunda en el Reino Unido es por el elevado número de civiles muertos: 70.000 frente a los 2.000 en la Primer Guerra Mundial. La mayoría -40.000- fallecieron durante el conocido como The Blitz, los bombardeos de la aviación nazi que se prolongaron durante muchos meses (septiembre 1940 - mayo 1941).
Tras el conocido como “sábado negro” (7 de septiembre) la capital británica fue bombardeada durante 57 noches consecutivas, y a menudo también durante el día. El metro se convirtió en el refugio más seguro. A pesar de ello, casi la mitad de los civiles muertos durante esos ataques se registraron en Londres, donde las huellas de esas bombas quedan de manifiesto en los contrastes arquitectónicos de algunas zonas de la ciudad.
Seis décadas pagando la deuda
Aunque Londres se llevó la peor parte, los bombardeos fueron devastadores en todo el Reino Unido. El país tardó mucho en recuperarse, también desde el punto de vista económico. Una prueba de ello es lo endeudado que quedó el país por la contienda. Tanto es así que hasta 2006 no acabó de pagar el dinero que debía a Estados Unidos y a Canadá.
En el caso del primero, un programa de préstamo que empezó en 1941 permitió al entonces neutral EEUU proporcionar material bélico a aquellos estados que luchaban contra Adolf Hitler. El país se unió a la guerra poco después y el equipamiento americano que se quedó en el Reino Unido tras el fin de las hostilidades tuvo que pagarlo también (hasta la última bala).