La carretera puede jugar a veces una mala pasada pero ningún conductor puede esperar algo así. De improviso, el firme de una carretera rusa revienta y un coche choca contra un trozo del asfalto levantado. Podría haberse producido por la explosión de una tubería de agua. Del vehículo bajan ilesos un hombre y un niño. Afortunadamente nadie ha resultado herido.