Continúa la investigación del accidente del avión ucraniano en Irán. Lo primordial ahora es identificar a los 177 fallecidos, la mayoría iraníes y canadienses. Canadá se ha ofrecido a colaborar para esclarecer las causas del siniestro. Mientras, Irán se ha negado a entregar las cajas negras a Estados Unidos, el fabricante del aparato.
Entre lágrimas en el aeropuerto de Kiev se rinde homenaje a los tripulantes ucranianos, con flores y velas. Allí debía hacer escala el vuelo para despegar después rumbo a Canadá; 63 de las víctimas, aunque de ascendencia iraní, tenían esa nacionalidad.
El primer ministro ha transmitido la solidaridad del país con las víctimas. La comunidad iraní está literalmente ahogada en lágrimas por decenas de amigos y familiares.
Trudeau ha asegurado que Canadá se hará cargo de la repatriación de los cuerpos y se esforzará en que llegue a buen puerto la investigación de las causas del accidente.
Las cajas negras han sido ya recuperadas y están en manos de las autoridades iraníes, que se niegan, de momento, a entregarlas a la compañía aérea.