El resultado de la moción de censura que decidirá hoy (martes) si es destituido el gobernador demócrata de California, Gavin Newsom, a propuesta de los republicanos, es decisivo de cara a lo que pueda pasar en las elecciones intermedias que tendrán lugar en Estados Unidos en 2022. El Congreso de California se enfrenta hoy a la reprobación del gobernador demócrata más poderoso de Estados Unidos, tras la caída en desgracia y la imputación por acoso de más de una decena de mujeres de Andrew Cuomo, el ex-gobernador de Nueva York.
El sistema "recall" que está implementado en California permite, que si se cumplen una serie de requisitos, se pueda destituir directamente al gobernador y convocar nuevas elecciones. California es el estado más poblado del país con prácticamente 40 millones de habitantes. La sequía, los incendios, la crisis del coronavirus y el espectacular incremento de la violencia y los crímenes en el estado podrían acabar con su carrera y también con 18 años en el poder de los Demócratas.
Ambos partidos, conscientes de la importancia del momento, han engrasado la maquinaria de las estrategias políticas como si de un simulacro se tratara.
Por ello, conservadores y progresistas han recibido unas donaciones inusualmente altas en este momento del calendario político, un apoyo de los pesos pesados de los dos partidos mayoritarios (especialmente el demócrata, que ha apostado por la presencia física de Harris y Biden en la campaña y de Obama a través de las redes) y una cobertura de los medios de comunicación como no se veía desde las últimas elecciones presidenciales.
Y es que, según los demócratas, los republicanos tendrán muchas posibilidades de retomar el poder a nivel nacional - en Washington- si Newsom es destituido, ya que no se descarta que el escaño de la senadora demócrata Dianne Feinstein en el Capitolio quede libre, antes de tiempo, debido a su edad. Ello provocaría que la persona que la sustituyera fuera nombrada por el nuevo gobernador de California, que a su vez daría el control de la Cámara alta al Partido Republicano si resulta ser también republicano el nuevo gobernador de California.
“Derrotamos a Trump el año pasado pero no hemos derrotado al trumpismo. Es una cuestión de vida o muerte”, ha repetido Newsom durante la campaña, alarmado ante la situación creada y consciente de lo que se juega su partido, en discursos y apariciones mediáticas para pedir el voto de los californianos.
Una situación a la que se ha llegado tras una año de críticas conservadoras por su gestión durante la pandemia (especialmente por las restricciones provocadas por el confinamiento), los incendios que han asolado California durante el verano, la crisis de las personas sin hogar afincadas en el estado y sus políticas en materia fiscal y de inmigración, entre otras.
Motivados por las repercusiones que puede tener esta cita con las urnas, ya han enviado su papeleta de forma anticipada millones de personas que se decidieron por el voto por correo y que habrán respondido “sí” o “no” a la pregunta de si quieren destituir al actual gobernador y los nombres de los candidatos que podrían reemplazarlo, en caso de que el actual gobernador pierda estos comicios.
En esa lista, aparte de los 9 demócratas que optan al puesto, hay 46 republicanos entre los que se encuentran la atleta olímpica y reina de los realities Caitlyn Jenner, el ex alcalde de San Diego, Kevin Faulkoner y el locutor de radio Larry Elder, que es el que más seguidores tiene debido a su larga trayectoria mediática, que le proporciona un altavoz de largo alcance.
Hasta ahora, solo ha habido una destitución en el estado de California. Ocurrió en 2003, cuando los ciudadanos decidieron que el republicano Arnold Schwarzeneger sustituyera al demócrata Gray Davis. Pero en esta ocasión las previsiones no son tan favorables para los conservadores.
Según declaró Paul Mitchell, vicepresidente de Political Data Inc. al New York Times, casi el 30% del electorado ha votado con antelación dando muchos más votos a los demócratas que a los republicanos y “si se llega al 60% de la participación es casi imposible que Newsom pierda”. Pero teniendo en cuenta que los votantes latinos y el segmento más joven de la población ha tenido muy poca participación hasta ahora, no está claro que eso vaya a suceder.
Después de la jornada electoral, los funcionarios tendrán 30 días para realizar el escrutinio de los votos. Si el recuento diera una mayoría favorable a la destitución de Newsom, 38 días después de la elección los resultados serían certificados por el Secretario de Estado y el nuevo gobernador juraría ese día el cargo, permaneciendo en el mismo hasta el 2 de enero de 2023.
El resultado está en el aire a pesar de las predicciones y los datos que arrojan las encuestas. Y si bien estos son favorables a los demócratas, los protagonistas que han impulsado la destitución ya han obtenido réditos políticos. Los demócratas se han visto obligados a gastar 70 millones de dólares para conseguir, simplemente, que la votación esté reñida.
Pero también ha servido, a ambos partidos, para engrasar una maquinaria que ha obligado a poner en marcha, de nuevo, a miles de voluntarios enviando mensajes de texto, colaborando en una campaña que se ha realizado en siete idiomas y movilizando a donantes que han demostrado estar más que comprometidos con ambos partidos, lo que resalta la polarización que ya se vio en las últimas elecciones.
Habrá que esperar al final del escrutinio para saber el resultado de una votación que podría deparar muchas sorpresas y cuyo alcance iría mucho más allá del ámbito estatal.