Cadena perpetua para el multimillonario Robert Durst: el documental 'The Jinx', el principio de su fin
El caso cobró nueva vida hace seis años a raíz del estreno del documental 'The Jinx'
En el documental, Durst aparentemente confesaba haber cometido el crimen.
El magnate inmobiliario de 78 años disparó a su amiga para encubrir el asesinato de su primera esposa, Kathie,
El multimillonario estadounidense Robert Durst, heredero de una conocida familia de Nueva York, ha sido este jueves condenado a cadena perpetua sin libertad condicional por un juzgado de Los Ángeles en el caso del asesinato de su mejor amiga, Susan Berman, en el año 2000.
La sentencia de Durst, quien pasará el resto de su vida en una cárcel de California, quedó efectivamente fijada el mes pasado en cuanto un jurado le condenó por el asesinato de Berman y mantuvo la acusación de que el magnate inmobiliario de 78 años disparó a su amiga para encubrir el asesinato de su primera esposa, Kathie, en Nueva York en 1982. El caso cobró nueva vida hace seis años a raíz del estreno del documental 'The Jinx', en el que Durst aparentemente confesaba haber cometido el crimen.
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Berman había facilitado
Berman recibió un disparo en la cabeza en su casa de Los Ángeles cuando se preparaba para dar información a la Policía sobre el supuesto papel de Durst en la desaparición de su esposa, considerada muerta a falta de encontrar su cadáver, en 1982. Berman era la confidente de Durst y le había contado a sus amigos que había proporcionado una coartada al multimillonario tras la desaparición de su mujer.
También mató y desmembró a su vecino pero se consideró que fue en defensa propia
Durst ya había sido condenado por destrucción de pruebas en el caso de la muerte de su vecino Morris Black, a quien mató durante una disputa y cuyo cuerpo desmembró y tiró al mar. No fue condenado por asesinato ya que el juzgado entendió que se trataba de un caso de defensa propia.
El multimillonario ha negado en todo momento haber matado a Berman, asegurando que encontró su cadáver en el suelo de su habitación y mandó una carta anónima a la Policía para que encontraran el cuerpo porque temía que le culparan a él. Sin embargo, el propio Durst admitió durante el juicio que sería "muy difícil" creer que él mandara la nota sin haber matado a Berman.