Primer buzón para abandonar bebés en Bruselas: los padres podrán renunciar a sus hijos de manera anónima
Los padres que quieran renunciar a su hijo podrán hacerlo de forma anónima
El primer "buzón para bebés" de Bélgica se instaló en Amberes hace 20 años
La ONG belga Corvia anunció este miércoles que ha recibido finalmente autorización para abrir el primer "buzón" para abandonar recién nacidos de forma anónima en Bruselas.
Tras tres años de litigio, la asociación ha sido autorizada a abrir este sistema en el distrito bruselense de Evere, que permitirá a los padres que quieran renunciar a su hijo abandonarlo de forma anónima.
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El Consejo de Estado ha anulado la prohibición que había emitido el exalcalde del distrito Pierre Muylle, según confirmó hoy la asociación a la agencia Belga. "Nos felicitamos, porque cada niño debería tener derecho a un futuro", declaró la portavoz de Corvia Mathilde Pelsers a ese medio, al tiempo que confió en poder abrir el "buzón" oficialmente a principios de octubre.
El dispositivo estaba previsto que fuera instalado el 21 de septiembre de 2017, pero el anterior alcalde lo prohibió ese mismo día. La ONG inició entonces un procedimiento en el Consejo de Estado para anular esa decisión, con el argumento de que no incitaba al abandono de los menores sino que "ofrecía una posibilidad a las madres de dejar a su hijo con seguridad".
Así, la prohibición queda anulada y cuenta además con el apoyo del actual alcalde de Evere, el también socialista Ridouane Chahid. El primer "buzón para bebés" de Bélgica se instaló en Amberes (norte) hace 20 años.
La pandemia ha empujado a la pobreza a 150 millones de niños
La pandemia de COVID-19 ha derivado no solo en una emergencia sanitaria sino también en otra de carácter social, hasta el punto de que 150 millones de niños más de todo el mundo viven ahora en la denominada pobreza multidimensional, que examina no solo los ingresos familiares sino también el acceso a nutrición, educación, salud, vivienda, saneamiento o agua.
Así lo recoge un análisis del Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF) y Save the Children y que cifra en unos 1.200 millones los niños pobres de todo el mundo, un 15 por ciento más de los que habría antes de la pandemia de coronavirus, según las estadísticas analizadas.
Las organizaciones estiman que un 45 por ciento de niños se vieron gravemente privados de al menos una de las necesidades consideradas esenciales y temen que la situación empeore en los próximos meses, en medio de un repunte generalizado de los casos en gran parte de los países.
"Lo más preocupante es que estamos más cerca del comienzo de esta crisis que de su final", ha advertido la directora ejecutiva de UNICEF, Henrietta Fore, quien ha lamentado que "las familias que estaban a punto de escapar de la pobreza han vuelto a caer, mientras que otras están experimentando niveles de privación que nunca antes habían visto.
Por su parte, la directora ejecutiva de Save the Children, Inger Ashing, ha puesto el foco en la educación --estamos ante "la mayor emergencia educativa global de la historia"-- y ha advertido de que "el aumento de la pobreza dificultará mucho que los niños más vulnerables y sus familias se recuperen de la pérdida".