Una madre de tres hijos ha muerto después de haber sido brutalmente atacada por su dos perros de la raza bulldog americano después de que estos se abalanzaran sobre ella cuando ella mantenía una fuerte discusión con su hija embarazada.
Elayne Stanley, una ciudadana inglesa de 44 años, es la víctima del ataque de unos animales que, por otra parte, ya habían sido declarados como "no domesticados" hacía meses. Según la investigación, los perros habrían percibido que la hija de la fallecida se encontraba en estado de gestación y, tras observar una fuerte discusión entre la embarazada y su madre, decidieron atacar a una mujer para "proteger" a la otra.
Los expertos apuntan a que este tipo de raza de perro es capaz de percibir con gran precisión alteraciones en la actitud de las personas a través del lenguaje no verbal.
Las indagaciones policiales han podido determinar también que los animales pertenecían a la pareja de la víctima y que, desde el año 2016, habían sido declarados "fuera de control" por las autoridades. A pesar de todo, los perros llevaban ya más de 3 años conviviendo con su víctima y, tal y como aseguran miembros de la familia, la mujer estaba "contenta con sus mascotas".
La mujer hija de la fallecida estaba embarazada en el momento del ataque y reconoce que desconocía la situación en la que se encontraban los animales. Tal y como ha podido saberse más tarde, los animales ya habían estado involucrados en otros ataques en los que al menos una persona había resultado herida.
Según una información del Daily Mail, la mujer habría intentado detener el ataque a su madre pero, tras comprobar que era imposible, corrió en busca de ayuda.
No se puede decir que la relación entre madre e hija fuera buena. Desde hacía años, la hija de la mujer fallecida vivía con su abuela y las discusiones con su madre eran conocidas en la familia. Pese a todo, reconoce que se asustó mucho al ver que su madre estaba siendo atacada.
Finalmente logró contar con la ayuda de varios vecinos quienes consiguieron disuadir a los perros tirándoles ladrillos y arrinconándolos en el jardín. Cuando los médicos se presentaron en el lugar de los hechos ya era demasiado tarde y no pudieron hacer otra cosa que declaran a Elayne Stanley oficialmente muerta.