El autor del tiroteo en el Instituto de Oxford, en el estado de Michigan, es un estudiante de 15 años del propio centro. Armado con una semiautomática, que su padre había comprado cuatro días antes, este martes abrió fuego contra sus compañeros. Mató a tres, hirió a otros siete alumnos y a un profesor. Una tragedia que pudo haber sido mayor.
El agresor detenido, cuya identidad no ha sido revelada por la policía por ser menor de edad, se hizo pasar por un agente, según The New York Post. En las imágenes compartidas en redes sociales se ve a un grupo de jóvenes atrincherado en su clase y a alguien que grita desde fuera: "Oficina del sheriff, ya podéis salir". Los alumnos se muestran escépticos y uno de ellos le responde que "no quieren correr ningún riesgo". El agresor contesta: "Está bien, bueno, solo abre la puerta y mírame a los ojos, bro". Esa expresión, como hermano o colega en inglés, le delató; sonó demasiado coloquial.
Los jóvenes gritaron "bandera roja", como marca el protocolo, alertando de su presencia. Muchos lograron saltar por la ventana. Cinco minutos después de la primera llamada a emergencias, la policía detuvo al agresor que ni resultó herido ni opuso resistencia. El ayudante del sheriff del condado de Oakland, Mike McCabe, ha destacado la rapidez con la que los responsables del instituto y los alumnos reaccionaron para protegerse del tiroteo.
Los tres estudiantes fallecidos son Tate Myre, de 16 años, que murió camino del hospital; Hana St. Juliana, de 14 años, y Madisyn Baldwin, de 17. Las autoridades de Oxford, una pequeña localidad de 22.000 habitantes a 70 kilómetros de Detroit, recuperaron entre quince y veinte casquillos de bala. De momento, no han trascendido los motivos que llevaron al sospechoso a actuar.
"Creo que esta es la peor pesadilla de todos los padres", ha afirmado la gobernadora Gretchen Whitmer, quien añadió que los tiroteos en las escuelas son "un problema exclusivamente estadounidense que debemos abordar". El sospechoso se encuentra en un centro de detención de menores, y está bajo vigilancia de suicidio, donde lo controlan cada 15 minutos, según ha explicado David Coulter, ejecutivo del condado de Oakland, a la cadena CNN.