Las acusaciones de acoso sexual acaban con el brillo de la hasta hace poco estrella demócrata Andrew Cuomo
Cuomo fue, hasta no hace mucho tiempo, una de las estrellas del Partido Demócrata, habiendo ganado incluso un premio Emmy en 2020 por sus emisiones televisivas durante la pandemia
Ni siquiera ha hecho falta poner en marcha el impeachment con el que amenazaba Laetitia James, la procuradora general del estado. Andrew Cuomo, el todo poderoso gobernador de Nueva York, acaba de dimitir tras la petición de su destitución por parte de los dos tercios de la Asamblea y los casi 63 miembros del Senado estatal, por su acusación de conducta sexual inapropiada.
Y todo ello después de que los máximos responsables, no solo del Partido Demócrata sino del país, pidieran también su cabeza. Así lo habían hecho recientemente el presidente Joe Biden, la vicepresidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi y el líder demócrata del Senado, Chuck Schumer.
MÁS
El ocaso de una celebridad
Pero la dimisión del gobernador llega tarde. Cuomo ya era un cadáver político cuando Melissa DeRosa, una de sus principales asistentes en los últimos 10 años, anunció el domingo pasado la renuncia de su cargo tras declarar los “duros emocional y mentalmente últimos dos años trabajando para él". DeRosa había sido uno de los principales apoyos del gobernador “durante años, incluso cuando su círculo íntimo se redujo y muchos de los destacados miembros de su personal que ayudaron a elegirlo por primera vez, en 2010, dejaron la administración", según declaró al New York Times.
No hay que olvidar que Cuomo fue, hasta no hace mucho tiempo, una de las estrellas del Partido Demócrata, hasta el punto de haber ganado un premio Emmy en 2020 por sus emisiones televisivas durante la pandemia informando de la situación sanitaria, social y económica e incluso estuvo en las quinielas para ser candidato presidencial.
Informe de la fiscalía de Nueva York
Pero todo se torció el día que empezó a ser investigado, hace ya meses, por la fiscalía de Nueva York, tras las acusaciones de varias mujeres por acoso sexual y conducta inapropiada. Hasta 11 personas, entre ex empleadas a su cargo y otras aún en activo, declararon en contra del gobernador en un informe de 165 páginas que retrataba a un Cuomo capaz supuestamente tanto de abrazar y realizar tocamientos a sus trabajadoras, como de crear un ambiente laboral tóxico con represalias y venganzas de por medio.
La procuradora general del estado, Laetitia James, declaró entonces en rueda de prensa que la investigación revelaba "una conducta que corroe la estructura y el carácter de nuestro gobierno estatal” mientras un comunicado de la Asamblea de Nueva York desvelaba que estaba “cerca de finalizar la investigación del gobernador, lo que daría lugar a su destitución, a través de un proceso de impeachment”.
La versión de Cuomo
Por su parte, y hasta este momento, el gobernador continuó negado reiteradamente haber realizado acoso a ninguna mujer, sin escuchar las peticiones de renuncia de sus compañeros de partido, ni siquiera las del presidente Biden. De hecho, en un discurso grabado en un vídeo la semana pasada, Cuomo declaró que seguiría en el cargo, mostrándose a sí mismo como una víctima, ya que “los hechos son muy diferentes de como se han descrito”.
Incluso llegó a añadir que contrataría un experto para aportar algo de luz a este tema, tras el informe de la fiscalía y las declaraciones de sus compañeros de partido, lo cual ya llegaba tarde no solo para lavar su imagen sino para salvarle de las acusaciones y responsabilidades que debería afrontar al respecto.
Biden
Y es que el futuro político del todavía gobernador de Nueva York ya estaba decidido incluso antes de su dimisión. No había vuelta atrás desde que, el pasado 3 de agosto, el presidente Biden pidiera su renuncia a pesar de que en el vídeo de defensa realizado por el acusado aparecieran abrazados en una foto, en un último intento por parte de Cuomo para utilizar sus influencias.
Biden, preguntado al respecto, respondió diciendo que no había leído el informe de la fiscal neoyorquina pero que conocía las conclusiones de este y si la investigación finalmente acababa declarándole culpable de acoso, él pediría su dimisión. Estas declaraciones y las del resto de los pesos pesados del partido, en contra del gobernador, han sido determinantes para que Cuomo acabara renunciando a su cargo, a pesar de todas las reticencias.
Otras acusaciones
Por si todo ello no fuera poco, Cuomo tendrá que afrontar los resultados de otras investigaciones a las que está siendo sometido, por parte de las autoridades federales y estatales, con un carácter más político. La gestión de las residencias de ancianos durante la pandemia y el acceso preferente que tuvieron los miembros de su propia familia a las pruebas de coronavirus, son los principales temas de investigación aunque no los únicos.
Todo un final, poco feliz en este caso, para el que ha sido uno de los hombres más poderosos e influyentes de Estados Unidos. Y aunque él reitera “eso no es lo que soy” acerca de la descripción que ha hecho el fiscal sobre el acoso realizado a 11 mujeres, parece que su credibilidad ya estaba en entredicho para demasiada gente, incluidos los votantes que le han sustentado hasta el final. Es lo que se deduce de una dimisión que llega demasiado tarde.