Boris Johnson quiere un Brexit duro a como sea. El primer ministro británico ha pedido a la Reina que suspenda el Parlamento en septiembre. Con esta maniobra el mejor aliado de Trump en Europa cierra el Parlamento hasta octubre evitando así que la oposición impida la ruptura del país con la UE sin acuerdo.
"Necesitamos seguir adelante con nuestra agenda interna y por eso estamos anunciado el discurso de la reina para el 14 de octubre", ha explicado Boris Johnson a la cadena Sky News, después de que varios medios hubieran adelantado que el Gobierno pediría prolongar la suspensión del Parlamento hasta octubre.
Westminster, cerraría dentro de dos semanas y ya desactivado no dejaría margen de maniobras a los que se oponen a una salida de Reino Unido de la Unión Europea sin acuerdo. Volvería a sus actividades con el discurso de Isabel II , apenas 15 días antes del Brexit.
Johnson, que tomó las riendas del país el pasado mes de julio tras la dimisión de Theresa May, aseguró que el suyo "es un nuevo gobierno".
"No vamos a esperar hasta el 31 de octubre antes de ponernos con nuestros planes para sacar adelante a este país", ha añadido, subrayando que "este es un nuevo Gobierno con una agenda muy excitante" y que tiene que presentar "nuevas e importantes leyes".
El líder laborista, Jeremy Corbyn, se había reunido este martes con los principales partidos de la oposición para aunar esfuerzos para evitar un Brexit sin acuerdo, además plantearon la presentación de leyes en el Parlamento en ese sentido.
La líder liberaldemócrata, Jo Swinson, ha denunciado que con su plan para forzar un Brexit sin acuerdo, "Boris Johnson y el Gobierno suprimirán la voz del pueblo". "Es una manera de actuar peligrosa e inaceptable a la que se oponen fuertemente los liberaldemócratas".
El 'número dos' de los laboristas, Tom Watson, los ha calificado de "una escandalosa afrenta a nuestra democracia" mientras que la ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, ha instado a los diputados a unirse para frenar el plan la próxima semana: "hoy pasará a la historia como un día oscuro para la democracia en Reino Unido".