California y su problema con las matemáticas dividen a padres de alumnos y profesores
La evaluación de una propuesta educativa que regiría las clases de matemáticas de los colegios públicos ha desatado la polémica
“Un camino hacia la enseñanza equitativa de las matemáticas: Desmontando el racismo en la enseñanza de las matemáticas”, figura en el encabezado del criticado documento
“Los profesores que abordan los errores de los estudiantes de manera directa ejercen una forma de supremacía blanca”, dice el borrador del proyecto
El estado de California y de manera más específica su Departamento de Educación, tiene un problema con las matemáticas que está provocando divisiones tanto entre profesores como entre padres de alumnos. El problema surge a raíz de una propuesta que las autoridades educativas esperan aprobar en los próximos meses y que regiría las clases de matemáticas de los colegios públicos, dentro del llamado Marco de las Matemáticas de California.
Se trata de una guía voluntaria que tiene como objetivo ayudar a los colegios, a los profesores y las empresas de libros de texto a implementar los estándares básicos comunes de matemáticas del estado.
MÁS
El borrador del documento de cerca de 100 páginas, cubre una amplia gama de temas sobre los cursos matemáticos alternativos como la ciencia de datos o la estructura de temas matemáticos por grados. Pero la propuesta se hace especialmente polémica en los apartados en los que recomienda al personal docente el uso de un programa llamado “Un camino hacia la enseñanza equitativa de las matemáticas: Desmontando el racismo en la enseñanza de las matemáticas”.
Ese camino hacia la instrucción de matemáticas equitativa tiene un “enfoque integrado de las matemáticas que centra a los estudiantes negros, latinos y multilingües en los grados 6-8 (estudiantes de secundaria de entre 11 y 14 años), aborda las barreras a la equidad matemática y alinea la instrucción con los estándares de prioridad de nivel de grado”.
En su desarrollo plantea una ruta de enseñanza basada en los recursos y la orientación para “ayudar a los estudiantes de color y a las familias de bajos ingresos” a facilitarles el acceso a las matemáticas, involucrando “a tantos estudiantes como sea posible no sólo en la resolución de problemas matemáticos, sino también en la comprensión de conceptos para que puedan utilizarlos en una amplia gama de aplicaciones del mundo real”.
Como ejemplo, expone la situación en la que un hijo de inmigrantes podría haber aprendido una forma diferente de resolver un problema, porque así fue como le enseñaron en su país de origen.
El “manual” pretende un diálogo entre profesor y alumno, para que no haya una frustración en el estudiante hacia las matemáticas, si conoce otra manera de resolver el ejercicio, pudiendo ser este incluso de interés para el resto de la clase. Es decir: “el kit de herramientas de matemáticas equitativas tiene como finalidad “involucrar a los estudiantes de todos los orígenes en una comprensión profunda de los conceptos que pueden usar por el resto de sus vidas”, expone en su programa.
La "supremacía" blanca en los errores abordados de manera directa
Sin embargo, ese mismo borrador se afirma que los profesores que abordan los errores de los estudiantes de manera directa, ejercen una forma de supremacía blanca y establecen indicadores de "cultura de supremacía blanca en las clases de matemáticas", incluido su enfoque de "obtener la respuesta correcta".
“El concepto de que las matemáticas son puramente objetivas es inequívocamente falso”, explica el manual. “Mantener la idea de que siempre hay respuestas correctas e incorrectas perpetúa la 'objetividad'. Aparentemente, eso también es racista”.
Ante tal afirmación, son numerosos los padres que han manifestado sentirse incómodos con el enfoque de una materia que consideran ajena al ámbito de la raza y la política. “Este marco matemático es un paso gigante hacia atrás y el adoctrinamiento en contra del mérito”, se ha quejado un padre de San Diego. "No conviertas las matemáticas en un campo de batalla ideológico".
Como consecuencia de la polémica, también han surgido titulares en la prensa estadounidense que acusan a los progresistas californianos de declarar la guerra a la ciencia que estudia a las propiedades de los números y las relaciones que se establecen entre ellos.
El director del Centro de Excelencia Educativa del Instituto Independiente y exsubsecretario de Educación de Estados Unidos, Williamson M. Evers, ha manifestado que el plan académico es una forma de enseñar propaganda en lugar de matemáticas, ya que “está mayormente basado en preocupaciones ideológicas-sociales en lugar de buscar la excelencia académica”. Evers señala también que, de ser aprobado, el plan podría provocar que “varias generaciones de estudiantes no sepan calcular los metros cuadrados de un apartamento o la superficie de un campo agrícola” como parte de la carencia que contiene.
Y es que, quienes se oponen al plan, advierten que la perspectiva primordial del marco atribuye la enseñanza de los contenidos más difíciles como un problema de la universidad, mientas que la educación primaria y secundaria debe preocuparse por hacer que todos los niños se “entusiasmen y enamoren” de las matemáticas.
“Me enseñaron matemáticas avanzadas y estudié álgebra en octavo grado (2º ESO en España)”, ha dicho el presidente de la Comisión de la Comisión de Calidad Educativa de California y profesor de historia de la escuela secundaria, Manuel Rustin: “Pensé entrar en la Universidad de California, pero finalmente las matemáticas se convirtieron en algo con lo que ya no podía identificarme. Fue un tormento memorizar procedimientos y fórmulas. ... Al ver lo que tenemos aquí, me he visto a mí mismo reflejado por todas partes".
Los superdotados, los más perjudicados
Otros expertos creen que restarle prioridad a la instrucción en cálculo de la escuela secundaria en realidad no resolvería el problema del racismo en la sociedad, sino que por el contrario, probablemente lo empeoraría teniendo en cuenta que, el proyecto que se enfoca en el progreso educativo en matemáticas no permite que los niños superdotados puedan avanzar en la materia en cursos superiores, como hasta ahora viene sucediendo, sino que tendrían que permanecer en las mismas clases que el resto de sus compañeros, al menos hasta noveno grado (3º ESO en España).
"Un objetivo importante de este marco es reemplazar las ideas de 'talento' y 'superdotación' innatos de las matemáticas con el reconocimiento de que cada estudiante está en un camino de crecimiento", expone el borrador. "No hay un límite para determinar cuándo un niño es 'superdotado' y otro no".
Sin embargo, sabido es que los límites son exactamente los que producen los sistemas de evaluación y calificación, y es ingenuo pensar que no hay nada innato en tales resultados, dado que la inteligencia es, al menos en parte, un rasgo heredado.
Si California adopta este marco, que actualmente se encuentra bajo revisión pública, “el estado terminará saboteando a sus estudiantes más brillantes”, previenen los analistas expertos sobre el programa que busca combatir el “racismo institucional” en las clases de matemática, y que en parte, ha sido financiado por The Bill & Melinda Gates Foundation.
La Asociación de Maestros de California, y otros grupos formativos como Education Trust-West y la Red STEM de California han expresado su apoyo al borrador del marco. Otros, como la Asociación de California para Superdotados han manifestado que el planteamiento obstaculiza las oportunidades para los estudiantes.
“Me preocupan las propuestas para la eliminación de las clases de matemáticas avanzadas en los años de la escuela secundaria”, dijo Wendy Marcus, madre de tres estudiantes incluida una hija que describió como superdotada. “Poner a estudiantes avanzados en la media o por debajo de la media en la misma clase no funciona. Muchas veces simplemente dejan a esos niños a un lado y les dan trabajo extra".