La cuenta atrás ya está en marcha en Reino Unido. El primer ministro Boris Johnson dispone de 48 horas para convencer al Parlamento de que su acuerdo con Bruselas sobre el Brexit es bueno. Solo así conseguirá los votos que por el momento no tiene para una salida de la UE.
Johnson se encuentra con el no de los unionistas norirlandeses, que es solo el primer tropiezo. Estos se muestran preocupados, porque las propuestas de la UE dividan al Reino Unido y atrapen a Irlanda del Norte en la órbita del bloque en los próximos años. A solo dos semanas de la fecha límite que prometió Johnson para la ruptura definitiva con los países de la unión hay nervios.
Si Johnson fracasa, los británicos tendrán que ir a las urnas para elegir un nuevo Parlamento que decida finalmente qué hacer. El polémico líder tampoco quiere pedir la prórroga, seguirá sobre la mesa.