La rueda de prensa de Boris Johnson en Downing Street acompañado de los expertos que asesoran al Gobierno británico ha arrancado con esta advertencia: “Es la peor crisis sanitaria mundial en una generación. Algunas familias van a perder a sus seres queridos antes de hora”. Sin embargo, el Ejecutivo conservador se resiste, de momento, a imponer el cierre de colegios o la suspensión de eventos multitudinarios. Aunque no descarta tener que hacerlo más adelante.
Johnson ha anunciado que el país se embarca en una segunda fase de su plan de acción: retrasar el contagio. Para ello, aconseja que se anulen los viajes de estudio al extranjero, que las personas mayores no se vayan de crucero y que aquellos que tengan 37.8 de fiebre o “una tos nueva y continuada” que se queden en casa durante siete días.
Según las últimas cifras oficiales, en el Reino Unido hay 596 contagiados y 10 fallecidos, pero el asesor científico del Gobierno, Patrick Vallance, ha reconocido que “el número real de infectados en este momento podría estar entre los 5.000 y los 10.000”.
El cierre de colegios puede ser contraproducente
Dada esta cifra algunos cuestionan que no se tomen medidas más drásticas, como en la vecina República de Irlanda. Allí el cierre de colegios anunciado en las últimas horas por el Primer Ministro, Leo Varadkar, estará en vigor hasta finales de mes.
Sin embargo, Johnson asegura que “clausurar escuelas puede causar más daño en este momento porque no queremos que los niños acaben con los abuelos”. De hecho, según el asesor científico del Ejecutivo, para que esa medida sea efectiva “habría que cerrarlas durante 13-16 semanas”.
En el Reino Unido creen que aún el número de casos es relativamente bajo y dar según qué pasos puede tener profundas consecuencias sociales y económicas. Incluso distanciarnos demasiado de los mayores puede ser contraproducente, según Johnson, porque crearía otro problema: la soledad que podrían sentir algunas personas.
El asesor médico del Ejecutivo, Chris Witty, prefiere pedir sacrificios a la gente más adelante, “cuando esas medidas sean más efectivas, cuando realmente esté científicamente probado que son necesarias. Es mejor esperar porque la gente se cansa”.
Adiós a los tests masivos de coronavirus
Mientras tanto, el Gobierno espera “retrasar el pico de la enfermedad” para que cuando se produzca haya más camas disponibles en los hospitales del país y se haya avanzado más en la investigación. En este momento, según Patrick Vallance, el Reino Unido está “cuatro semanas por detrás de Italia y otros países de Europa”.
En su última comparecencia se ha dado a entender además a los ciudadanos que no esperen que se vayan a hacer tantos tests como hasta ahora. Se han sometido a análisis unas 30.000 personas, pero a partir de este momento la idea es que solo se hagan a aquellos que acaben ingresados en un hospital.
La recomendación principal de las autoridades sigue siendo “lavarse las manos con jabón durante al menos 20 segundos”. Se ha incidido en la importancia del jabón, más que en el uso del líquido desinfectante. Aún así resulta una misión casi imposible hacerse con un botecito de esa ya preciada sustancia, que a diario desaparece ya por las mañanas de las estanterías de farmacias, droguerías y supermercados británicos.
Escocia sí va más lejos
La comparecencia del Primer Ministro británico se ha producido después de una reunión del comité de emergencia “COBRA”, en la que han participado los líderes de Escocia, Gales e Irlanda del Norte. Poco después, y antes de la rueda de prensa de Boris Johnson, la Ministra Principal de Escocia, Nicola Sturgeon, se adelantaba pidiendo la suspensión de aquellos eventos que congreguen a más de 500 personas en esa región a partir de la semana que viene.
La líder escocesa ha reconocido que, según los científicos, eso tiene poco efecto en el contagio, pero sí libera a los servicios públicos de una presión que no necesita en este momento. En este sentido, Johnson ha reconocido que su Gobierno está valorando hacer lo mismo más adelante.
La Bolsa, el Brexit y otros asuntos
La Bolsa de Londres ha vivido su peor día desde 1987 con una caída del 10.9 %. Aún así la vida de los británicos no ha cambiado apenas frente a otros países, aunque el Gobierno lleva semanas mentalizando a la población ante lo que podría venir.
Londres durante el día sigue siendo un ajetreo constante y solo algunas empresas han impuesto el teletrabajo. La cosa cambia por la noche: muchos restaurantes ya no llenan como antes y los hosteleros empiezan a estar preocupados. Es habitual recibir mensajes de correo electrónico de restaurantes a los que has ido alguna vez, teatros y salas de conciertos recordándote que “siguen abiertos al público” y que se están tomando “la higiene muy en serio”.
La aerolínea British Airways en ese sentido ha explicado a sus pasajeros “como están desinfectando sus aviones” o cómo están facilitando “la modificación o la cancelación de las reservas de sus vuelos (en este caso entregando un vale que puede canjearse durante los próximos doce meses).
Entre las otras consecuencias del coronavirus se encuentran el posible retraso de las elecciones a la alcaldía de Londres previstas en mayo y las negociaciones del Brexit. La próxima ronda debe celebrarse el día 18 en Londres. Ambas partes están estudiando la posibilidad de que sigan adelante mediante vídeo conferencia.