No hay mejor defensa que un buen ataque. Y así, con esta estrategia en mente, llegó Boris Johnson a la primera sesión de la Cámara de los Comunes tras la reapertura del Parlamento. A pesar de la humillación infligida por el Supremo que declaró ilegal su decisión de suspender la actividad parlamentaria durante cinco semanas, el primer ministro no mostró ni un ápice de humildad o arrepentimiento, ni pidió perdón.
Es más, dijo que "el tribunal se había equivocado" y que "no debía pronunciarse sobre una cuestión política". Empezó así un intercambio verbal que no fue agradable de ver ni escuchar. El prestigioso programa Newsnight de la BBC lo describió como"un puñetazo en el estómago".
Una y otra vez diputados de uno y otro partido de la oposición -laboristas, nacionalistas escoceses, liberal demócratas o verdes- pidieron a Johnson que dimitiera pero, lejos de amedrentarse lanzó toda una batería de insultos contra el Parlamento al que culpó del bloqueo actual, del retraso del Brexit y del sabotaje de las negociaciones con Bruselas. "El Parlamento debe echarse a un lado o enfrentarse al día del Juicio Final", una frase que el diario conservador y pro Brexit The Telegraph ha convertido en el titular de portada de su edición de este jueves.
Un lenguaje incendiario y ofensivo, al que se suman calificativos como "traidores" o "antipatriotas" dirigidos a unos diputados que, según denunció la laborista Paula Sherriff, "a menudo aparecen en las amenazas de muerte que recibimos a diario los parlamentarios". Una preocupación que comparten muchos políticos que han denunciado la estudiada estrategia del Gobierno para poner a los ciudadanos contra el Parlamento.
Tracy Brabin, que sustituyó a la diputada Jo Cox tras ser asesinada por un individuo de extrema derecha unos días antes del referéndum del Brexit, pidió a Johnson que "moderase su lenguaje para que nos sintamos más seguros cuando hacemos nuestro trabajo". Éste eludió responder a la pregunta y pronunció las palabras que más ampollas levantaron durante la jornada: "La mejor manera de honrar la memoria de Jo Cox y unir al país es implementar el Brexit". Su viudo, Brendan Cox, reaccionó inmediatamente en su cuenta de Twitter diciendo que "se siente asqueado por el hecho de que el nombre de su mujer sea utilizado de esta manera".
Estamos acostumbrados a intensos y agitados debates en la Cámara de los Comunes pero no con tanto enfado y veneno. Para la reportera estrella de la BBC, Laura Kuenssberg, la sesión fue "una de las más brutales y locas" que jamás ha presenciado. El diario Times lo resume así en portada: "Los Comunes llegan al punto de ebullición". El veterano reportero y presentador del informativo de Channel 4 News, Jon Snow, tras seguir anonadado este debate escribió en Twitter: "En mis 45 años informando no recuerdo un periodo de la política británica más caótico, dividido y alarmante".
En esta misma sesión Boris Johnson retó a la oposición a que “mostrase valentía” y presentase una moción de censura para precipitar unas elecciones generales que desbloqueen la situación actual. Esto es lo que más desea el primer ministro en este momento, convencido de que ganaría estos comicios y podría cumplir su promesa de sacar al país de la Unión Europea el próximo 31 de octubre con o sin acuerdo.
El líder laborista, Jeremy Corbyn, aseguró que no presentará esa moción de censura hasta que Johnson pida una prórroga a Bruselas y esta se la conceda. Y es que la estrategia de la oposición sigue siendo eliminar cualquier posibilidad de una partida a las bravas. El surrealismo de la sesión llegó a tal que punto que hasta sugirió que podría intentar una segunda suspensión del Parlamento si no respondían a su amenaza y presentaban la moción.
La reflexión del diputado conservador Tobias Ellwood refleja las distintas sensibilidades que hay dentro del partido tory: "No creo que podamos mirar a la nación a los ojos y decir que fue un buen día en la oficina. La matemática es simple. Este es un gobierno en minoría. Necesitamos un par de docenas de amigos que apoyen el acuerdo del Brexit. No había nada amistoso (en esta sesión). Aprendamos de esto".
De hecho, aunque el primer ministro reconoció que "las negociaciones están siendo difíciles", volvió a insistir en que "están haciendo avances" y confía "en alcanzar un acuerdo" para salir antes de Halloween de la UE. Pero, en caso de cerrar finalmente un compromiso con Bruselas, ¿cómo podrá aprobarlo en un Parlamento al que ha insultado y puesto en su contra? Para saberlo no queda otra que esperar…
PD: No se descartan sorpresas…