En Bolivia falta comida y gasolina, pero sobra violencia después de que el autoproclamado gobierno de Janine Añez diera luz verde al Ejército para reprimir las protestas. El asedio de manifestantes a una refineria ha provocado una dura represión policial, que ha terminado con al menos cinco muertos y ya son 27 , más de 700 heridos desde que comenzaron las protestas contra el golpe militar a Evo Morales. La mesa de diálogo sigue negociando, de momento, sin resultados.
El Gobierno interino de Janine Áñez asegura que los militares no dispararon y que fueron atacados por grupos violentos que lanzaron dinamita para derribar las paredes de la refinería, sin embargo, los fallecidos por heridas de bala desmienten esta versión.
El defensor del Pueblo boliviano ha reclamado la desmovilización de las Fuerzas Armadas para evitar más muertes entre los simpatizantes del ya expresidente Evo Morales, "invitado" a dejar la presidencia por la cúpula militar del país andino.
En El Alto, el municipio contiguo a La Paz con mayor concentración de indígenas del país, las movilizaciones y los bloqueos a las carreteras continúan, a pesar de que la mesa de diálogo entre Gobierno, Iglesia y la ONU está en marcha desde el pasado lunes.