Las protestas en Bolivia convierten el país en un polvorín. Los defensores de Evo Morales han salido a las calles para protestar contra el golpe militar y pedir la dimisión de la presidenta interina Jeanine Áñez, autoproclamada biblia en mano en un parlamento sin quorum. El Ejército sigue reprimiendo las protestas con mano dura y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha informado de 23 muertos y centenares de heridos.
El Gobierno interino de Bolivia se centará en una mesa de diálogo impulsada por la ONU, la Unión Europea y la Iglesia, donde también habrá miembros del resto de partidos políticos y representantes de la sociedad civil. Su función principal será la de tratar de pacificar el país y convocar unas elecciones cuanto antes para así poner fin a estas protestas.
En Bolivia esta ha sido la semana más dura de las revueltas que comenzaron hace casi un mes tras las elecciones que dieron como ganador a Evo Morales. Las carreteras que dan acceso a La Paz permanecen bloqueadas lo que está provocando serios problemas de escasez alimentaria y de combustible en muchas zonas de Bolivia.