La población libanesa busca respuestas. Y las quiere ya. ¿Qué sucedió? ¿Quiénes son los responsables de la devastadora explosión que arrasó el martes el puerto de Beirut causando más de 150 muertos y de 5.000 heridos? El presidente de Líbano, Michel Aoun, reconocía el viernes -tres días después de la catástrofe- que aunque el accidente es la principal hipótesis no se descarta una "interferencia externa". "La causa de las explosiones no se ha determinado todavía, puesto que existe la posibilidad de que se produjera una interferencia externa vía misil, bomba o cualquier otra acción", afirmaba.
Desde un principio él ha atribuido la catástrofe a la detonación de 2.750 toneladas de nitrato de amonio almacenadas en un hangar. El cargamento habría llegado a Beirut en 2013, en un barco de bandera moldava que partió de Georgia rumbo a Mozambique. Paró allí por un fallo técnico y, después de ser inspeccionado, se le prohibió zarpar. Sus propietarios acabaron abandonándolo y la carga fue trasladada a un almacén del puerto. ¿Por qué no fue eliminada o revendida?
El nitrato de amonio es un químico industrial que se usa como fuente de nitrógeno para fertilizantes agrícolas. Pero también, combinado con combustible, puede actuar como un explosivo que se utiliza en la minería o en la construcción. Grupos armados lo han usado para fabricar bombas.
El gerente del puerto de Beirut, Hassan Koraytem, y el director general de Aduanas libanesas, Badri Daher, han asegurado que alertaron sobre el peligro de la carga almacenada y que sus advertencias fueron ignoradas. Según la BBC, varios documentos reflejan que los funcionarios de aduanas enviaron cartas al poder judicial al menos en seis ocasiones entre 2014 y 2017. ¿Por qué no se actuó? ¿Hubo negligencia o motivaciones ocultas? "Dejemos que los expertos determinen por qué ocurrió así", ha dicho el director aduanero a la emisora LBCI.
El Gobierno ha ordenado que los funcionarios del puerto que supervisaron el nitrato de amonio sean puestos bajo arresto domiciliario hasta que finalicen las pesquisas. El presidente Aoun ha prometido una investigación transparente para "responsabilizar a los culpables y negligentes con el castigo más severo". El primer ministro, Hassan Diab, ha afirmado que las circunstancias en que se produjeron la explosión son "inaceptables".
"La catástrofe, aunque excepcionalmente grave, es el resultado de la normalidad en el Líbano", ha escrito Faysal Itani, subdirector del Centro de Política Global, en The New York Times. "Existe una cultura generalizada de negligencia y pequeña corrupción endémica de la burocracia libanesa, todo supervisado por una clase política definida por su incompetencia", ha afirmado.
El presidente estadounidense, Donald Trump, sugirió en un primer momento que la explosión no fue un accidente. "Parece ser un terrible ataque" causado por "algún tipo de bomba", afirmó el martes. Se basaba, dijo, en lo que le habían dicho "algunos generales" con los que se había reunido.
Por el contrario, el días después Trump decía que "pudo haber sido un accidente". Aunque insistía en que la pregunta aún no tenía respuesta, al tiempo que prometía el apoyo de Estados Unidos a Líbano. "Ellos realmente no saben qué es. Nadie lo sabe todavía", aseguraba.
Un investigador del accidentes con explosivos del Gobierno estadounidense, Tony May, explicó a la cadena CNN que lo característico del nitrato de amonio es que su estallido desprende un humo amarillento. Sin embargo, en el momento de la detonación más potente, el humo mostraba colores rojos o rosáceos. "Eso no cuadra con el nitrato de amonio", afirmaba el experto. En esa línea, el exagente de la CIA Robert Baer aseguraba que "la bola naranja" sugería la presencia de explosivos de tipo militar.
La tragedia se ha producido en un contexto de tensiones entre el partido-milicia chií Hezbolá (apoyado por Irán y al que Estados Unidos considera terrorista) e Israel. Fuentes oficiales israelíes han negado cualquier vínculo con lo ocurrido y el primer ministro Nenjamin Netanyahu, tras expresar sus condolencias, ha ofrecido asistencia humanitaria a Líbano. "Distinguimos entre los regímenes y la población", ha dicho el mandatario, según The Times of Israel.
Las especulaciones han sido alimentadas por un vídeo falso difundido en redes sociales que muestra un misil en el momento de la explosión. La grabación ha sido manipulada, según ha confirmado la agencia Reuters y ya ha advertido Facebook. En las imágenes originales no se ve ningún artefacto.
La catástrofe ha inflamado la ira contra las autoridades y ha acentuado la fragilidad del Gobierno en un contexto de profunda crisis económica a la que se suma la pandemia del coronavirus. El Ejecutivo ha decretado el estado de emergencia durante dos semanas. Y el veredicto sobre el asesinato, en 2005, del exprimer ministro Rafik Hariri (que debía haberse hecho público el 7 de agosto) ha sido retrasado hasta el día 18 por "respeto a las innumerables víctimas".