La bebé Matilde, afectada de una rara atrofia muscular, movilizó a todo un país para lograr el dinero suficiente para ser tratado con el medicamento más caro del mundo. Pues bien, todos los esfuerzos de los portugueses han merecido la pena pues ha sido dado de alta.
Al final, gracias a la solidaridad los padres de Matilde cumplieron su sueño y lograron conseguir los dos millones de euros necesarios para financiar el medicamento más caro del mundo. Según confirmaron los padres a medios lusos, la niña finalizó este jueves su ingreso en el Hospital Santa María de Lisboa, tras pasar varias semanas ingresada. Matilde, diagnosticada con una atrofia muscular espinal del tipo 1, espera ahora conseguir el Zolgensma, un medicamento únicamente aprobado en Estados Unidos y valorado en 1,9 millones de euros.
La familia consiguió recaudar 2 millones de euros para financiar el medicamento, dinero que podría quedar tasado por la ley que enmarca las donaciones, lo cual restaría unos 20.000 euros del total. Aun así, se espera que en este caso las contribuciones se consideren de uso social y los padres aseguraron que el dinero que reste tras pagar el medicamento será donado a otras familias afectadas por esta enfermedad.
La familia de Matilde, se ha mostrado en las redes sociales agradecida por "la preocupación y el cariño" de la gente. La autoridad lusa del medicamento , avanzaba en un comunicado que autorizaba la compra del Zolgensma aunque matizaba que se trataba de una utilización excepcional, confirmando que el Hospital Santa María de Lisboa será quien se encargue de comprar dicho medicamento. De esta manera, cada dosis de Zolgensma será pagada en su totalidad por el Servicio Nacional de Salud portugués (SNS).
En el mercado portugués ya existe un medicamento para tratar esta enfermedad, aunque solo retrasa la progresión de la dolencia y no se aplica en una dosis única, al contrario que Zolgensma. La atrofia muscular espinal de tipo 1 es la versión más grave de esta enfermedad; afecta a todos los músculos del cuerpo y causa pérdida de fuerza, parálisis progresiva y pérdida de las capacidades motoras.
Los recién nacidos afectados por esta enfermedad no suelen superar los dos años de vida, debido a las graves insuficiencias respiratorias que sufren. Se calcula que en Portugal hasta seis niños de entre los 80.000 partos anuales son susceptibles de sufrir esta dolencia.