Según informa el diario New York Daily News, Lincoln nació con una malformación cardiaca. Después de esperar durante meses un trasplante de corazón, minutos antes de que el nuevo órgano llegara al hospital infantil de Seattle el del pequeño se paró.
"Él murió. Se le acabó el tiempo", afirma Mindy Seay, la madre de Lincoln, "mientras lo preparan para la cirugía, su corazón se detuvo. Hicieron CPR y las compresiones torácicas sin éxito".
Pero la determinación del cirujano salvó la vida del bebé. El médico no dudó en abrir el tórax del bebé y masajear su corazón con las manos hasta que llegó el nuevo órgano. Finalmente lograron reanimar al pequeño justo a tiempo para realizar el trasplante con éxito.
El cirujano que realizó el trasplante, el Dr. Michael McMullen, ha explicado al citado diario que el pequeño tiene por delante un duro proceso de recuperación pero el pronóstico es bueno.