El mensaje del niño que logró zafarse las bridas plásticas y avisar a los agentes probablemente salvó la vida de él y de sus compañeros, a bordo del autobús escolar conducido por Ousseynou Sy, un italiano de 47 años, de origen senegalés, que no paraba de amenazarlos y de gritar palabrotas.
Lo han contado una chica, entrevistada por La Repubblica, tras la odisea vivida ayer cuando poco después de la 14.00 horas el conductor desvió el autobús. "Cada cierto tiempo paraba para echar gasolina por el suelo, sin dejar de insultarnos y de decirnos palabrotas".
"Nos dijo que sus tres hijas habían muerto en el mar, tenéis que morir todos porque miles de niños mueren en el mar", gritaba Sy, que trabajaba como conductor en esa empresa desde hacía 15 años, contó otro.
El niño héroe que logró quitarse las bridas ha explicado cómo pudo avisar a los carabinieri, en medio del clima que reinaba a bordo del autobús que se dirigía al aeropuerto de Linate, en Milán, donde Sy pretendía realizar una "masacre" y "quemarlo todo".
"Estabamos asustadísimos, porque había echado gasolina por el suelo del autobús, nos ató y nos quitó a todos los móviles para que no llamáramos a la Policía. Uno de los teléfonos, de mi compañero cayó al suelo, me quité las bridas, haciéndome un poco de daño y lo recogí llamando a los 'carabinieri' y a la Policía".
Gracias a esta llamada los carabinieri y varias patrullas policiales se movilizaron bloqueando el autobús por escasos minutos, que sirvieron para romper los cristales y comenzar a hacer salir a los estudiantes, mientras Sy embestía una de las patrullas y volvía a huir por la carretera, aunque a menor velocidad por el tráfico. Esto permitió que los chicos se lanzaran a la vía. Todos salieron ilesos, aunque con rasguños leves y en estado de 'shock'.
El conductor, finalmente, ya con el autobús vacío, prendió fuego a la gasolina que había esparcido, provocando que este ardiera. Los agentes lo arrestaron y fue trasladado a una prisión donde se le realizará una pericia psiquiátrica.