Rusia y Ucrania negocian un plan de varios puntos para poner fin a la guerra, adelantados por el Financial Times. Uno de ellos implicaría la neutralidad militar de Ucrania, una idea que se viene repitiendo en las exigencias de Rusia para dar luz verde al alto al fuego. ¿Tendría Ucrania que renunciar a su ingreso en la OTAN, abstenerse de albergar bases militares extranjeras, reducir sus efectivos?
Desde Rusia su ministro de Exteriores, Sergei Lavrov, ha mencionado dos ejemplos de países neutrales que aceptarían para llegar a un acuerdo: Austria y Suecia. A este dúo se puede sumar un tercer país de la Unión Europea: Finlandia. Pero, ¿son realmente "tan" neutrales estos países?
En cómo llegaron a esta situación es donde podemos encontrar mayores diferencias entre los tres países. En Suecia, a principios del s. XIX, tras años en guerra y perder Finlandia a manos del Imperio ruso, optan por esta política. Una posición que mantienen a lo largo de las dos Guerras Mundiales.
A Austria la neutralidad le vino impuesta tras estar en el bando perdedor en la Segunda Guerra Mundial. Pese a todo, los vencedores consideraron a Austria como el primer país ocupado por la Alemania nazi por la anexión de 1938.. Las tropas aliadas ocuparon el país hasta 1955, cuando se firmó el tratado de neutralidad -aunque solo con Moscú- con el que el país recuperó su plena independencia.
En el caso de Finlandia, habría hasta paralelismos con Ucrania, si esta acepta las peticiones rusas. En el invierno de 1939, la Unión Soviética lanzó un ataque contra Finlandia del que los finlandeses se defendieron mucho mejor de lo esperado. En 1948, tras perder el 10% de su territorio en manos de la Unión Soviética (con las guerras de 1939 y 1944), el gobierno finés aboga por una política de neutralidad para mantener la independencia de su sistema político y económico.
Es lo que se acuñó como la 'finlandización' y un término que ha salido mucho a colación con el estallido del conflicto en Ucrania. Pero a los finlandeses no les salió gratis. "Finlandia compra su independencia a costa de no contrariar a la Unión Soviética", detalla Fernando Arancón, experto en geopolítica y director de El Orden Mundial. "Fueron décadas muy traumáticas, porque la 'finlandización' supuso recortes muy serios de las libertades. Por ejemplo, no se podía criticar a la URSS en la prensa", señala.
Pero, mucho ha llovido desde estas políticas y pactos iniciales. ¿Qué implica la neutralidad militar a día de hoy? "Los tres casos son bastante parecidos", comenta Arancón. Suecia, Austria y Finlandia mantienen su propio ejército, no albergan bases militares extranjeras en su territorio y no forman parte de ningún tratado de defensa internacional. Estos serían algunos de los puntos exigidos por Rusia según las informaciones del Financial Times.
Sobre el papel puede sonar bien para el Kremlin. Los tres países mantienen una postura de no alineación militar, pero desde su ingreso a la UE en los 90, su estricta política de neutralidad ha ido evolucionando.
Por de pronto, el hecho de pertenecer a la UE ya implica su participación en materia de seguridad común de los Veintisiete. Como señala Arancón "tienen clausulas que no son como el artículo 5 de la OTAN", que implica la defensa mutua de los miembros, pero suponen un nivel de colaboración alto.
Y, sí, ninguno de estos tres países ha firmado el tratado del Atlántico Norte, pero forman parte de su programa de Asociación para la Paz. Esto incluye participar en ejercicios internacionales encabezados por la OTAN. También han participado en decenas de misiones de paz de la ONU.
Más recientemente, dos de los países han enviado armas a Ucrania para su defensa contra Rusia, en una ruptura clara de su tradicional neutralidad. Finlandia ha suministrado 2.500 fusiles de asalto, 150.000 cartuchos, 1.500 armas antitanque y 70.000 paquetes de raciones, entre otros. Suecia 135.000 raciones de combate, 5.000 cascos, 5.000 escudos corporales y 5.000 armas antitanques. Austria se ha mantenido fuera del envío de material letal, aunque sí ha hecho llegar elementos de defensa.
Arancón también resalta que incluso dentro de las peticiones de Rusia que se han hecho públicas hay contradicciones. "Según el Financial Times, Rusia le pide a Ucrania que no se integre en la OTAN. Pero luego reconoce que una serie de países miembros como Estados Unidos, Reino Unido o Turquía pueden garantizar la seguridad de Ucrania", ejemplifica. Una protección que es como una entrada de facto
Unas incoherencias que se escenifican en los diferentes mensajes que llegan desde Moscú. "Hace tres semanas Putin estaba negando que Ucrania tuviese derecho a existir", recuerda el experto a NIUS. El presidente ruso también ha recalcado en varias ocasiones que la "operación especial" en Ucrania va según lo previsto y no muestra ninguna voluntad de detener la guerra.
La insistencia de Putin en la "desnazificación" de Ucrania también sugiere que prevé una futura participación en la composición del gobierno ucraniano, y muy posiblemente la instalación de un régimen pro-Moscú a cambio de un alto al fuego. "Parece que hay visiones internas que no están alineadas", baraja Arancón.
"Si Rusia está dispuesta a aceptar una neutralidad como la de Austria o Suecia, es una opción factible para Ucrania", reconoce. Por su parte, el gobierno de Zelenski habría abogado por una neutralidad en sus términos, sin fijarse en los modelos propuestos por Rusia. Uno de los principales negociadores ucranianos, Mykhailo Podoliyak, ha matizado la información del Financial Times y ha obviado cualquier referencia a un futuro estatus neutral de su país.
Además, puede que una neutralidad como la de Finlandia, Suecia o Austria supusiera una piedra en el propio tejado de Rusia. "Te obliga a tener más ejército", apunta Arancón. Si no formas parte de una alianza militar, solo estás tú para defenderte. España, con 47 millones de habitantes y miembro de la OTAN, tiene 2,5 militares en activo por cada mil residentes, de acuerdo con el balance militar de 2021 del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos de Reino Unido.
Con poblaciones mucho más pequeñas, el trío de países tiene coeficientes iguales o superiores: Austria 2,5; Suecia 3; y Finlandia 4,3. Si sumamos los reservistas, la diferencia aumenta. Y es que las tres naciones mantienen el servicio militar obligatorio:
A menos que Rusia incluya en su acuerdo una reducción de las fuerzas ucranianas, se encontraría con un ejército similar. En Ucrania hay 4,8 militares en activo por cada 1.000 habitantes y también hay 'mili' obligatoria de 1 a dos años entre los 20 y 27 años. Aunque en esta situación de emergencia se ha llamado a las armas a los hombres aptos para el combate entre 18 y 60 años.