Australia piensa en una burbuja de viajes entre las islas del Pacífico, después de una semana sin casos de coronavirus. El ministro australiano de Salud, Greg Hunt , ha adelantado esta posibilidad durante una rueda de prensa en Melbourne.
“Hoy tenemos seis días de siete con cero casos en Australia”, informó Hunt. La situación pandémica en el país parece ir mejorando en las últimas semanas después de que el estado de Nueva Gales del Sur, el más poblado de Australia y que lleva cuatro días sin infecciones, superara un rebrote que se detectó a mediados de diciembre pasado en las playas del norte de Sídney, y que obligó a confinar a unos 250.000 habitantes durante al menos dos semanas.
Australia, que ha obligado a confinamientos muy estrictos en sus mayores estados, actualmente solo permite la entrada al país a los residentes en la vecina Nueva Zelanda.
Ahora comienzan a respirar y las noticias que llegan de sus principales estados son cada vez más optimistas. En Victoria, epicentro de la segunda ola de COVID-19 que estalló a finales de junio pasado y que obligó a confinar por segunda vez a unos 5 millones de habitantes de la ciudad de Melbourne entre julio y noviembre, acumula 15 días sin infecciones, luego de un contagio proveniente de Sídney.
En el estado de Queensland ya son diez días sin casos de covid tras el confinamiento de tres días de los 2,8 millones de habitantes de Brisbane, la tercera ciudad más poblada del país después de Sídney y Melbourne, después de que una trabajadora de un centro de cuarentenas se contagiara con una nueva cepa altamente contagiosa.
El nuevo panorama ha llevado a las autoridades a plantearse la potencial creación de una burbuja de viajes con otros países del Pacífico si los expertos médicos están de acuerdo.
Pese a que algunos de los desplazamientos interestatales siguen prohibidos, poco a poco comienzan a levantar con cautela las restricciones de movilidad, aunque las fronteras internacionales, cerradas desde marzo pasado con ciertas excepciones, seguirán clausuradas probablemente hasta finales de año, aunque la mayoría de la población esté vacunada.