En la localidad de Azaz, en Siria, cientos de fieles salían de una mezquita para celebrar la ruptura del ayuno del ramadán cuando de repente, un conductor suicida hizo estallar un coche bomba. El atentado fue justo en un enclave estratégico en el norte de la provincia de Alepo, cerca de la frontera con Turquía. El resultado ha sido una sangrienta matanza que ha dejado un balance de 19 muertos, entre ellos cuatro menores. La cifra podría aumentar en las próximas horas porque hay, además, una decena de heridos y algunos en estado muy grave que han tenido que ser trasladados a varios hospitales de la ciudad. De momento, ningún grupo terrorista ha reivindicado el atentado. La región de Alepo está siendo objetivo estas últimas semanas de los intensos bombardeos de las fuerzas leales al Gobierno sirio y además, la zona se encuentra bajo control de las milicias yihadistas. Desde el pasado mes de abril el Ejército de Bashar al Assad ha lanzado una ofensiva para tomar este último bastión rebelde.