La cifra de fallecidos a causa del ataque del Ejército sirio sobre la localidad de Hama se ha elevado hasta los 17, según han informado residentes de la localidad. Los tanques del presidente, Bashar al Assad, han entrado en la ciudad para reprimir las protestas prodemocráticas que piden la salida del poder del mandatario.

Según estas mismas fuentes, los tanques están disparando contra la ciudad a un ritmo de unos cuatro disparos por minuto. La electricidad y el agua han sido cortados en los barrios principales, una táctica habitual del Ejército sirio en otras intervenciones en diversas localidades del país.

Un médico, que ha pedido no ser identificado, ha señalado que en el hospital Badr están los cuerpos de 14 fallecidos y 51 heridos. Asimismo, ha indicado que los tanques han rodeado el hospital de Al Horani, donde hay tres fallecidos y decenas de heridos.

"Los tanques nos atacan desde las cuatro direcciones. Están disparando al azar y aplastando los bloques de piedra colocados por los ciudadanos en la ciudad", ha agregado el médico.

"Las víctimas serán más. Hay cuerpos sin recoger en las calles", ha indicado otro residente, que ha afirmado que los francotiradores se han colocado en los tejados de la compañía eléctrica y de la prisión.

Las autoridades sirias han expulsado del país a la mayoría de los periodistas internacionales, por lo que es difícil confirmar las informaciones que llegan desde Siria.

En Hama tuvo lugar la masacre de 1982 por parte del padre del actual mandatario, Hafez al Assad, cuando mandó a sus tropas para aplastar un levantamiento islamista encabezado por Hermanos Musulmanes. En los enfrentamientos fallecieron unas 30.000 personas.

El embajador de Estados Unidos en Siria, Robert Ford, visitó la ciudad durante este mes de julio en un gesto de apoyo internacional hacia lo que describió como "manifestaciones pacíficas en favor de la democracia".

El primer ministro turco, Tayyip Erdogan, afirmó en mayo que no quería ver "otra masacre como la de Hama" y advirtió a Al Assad que le sería difícil contener las consecuencias en caso de que se repitiera.

El Gobierno sirio acusa a "grupos terroristas armados" de la mayoría de las muertes durante las revueltas y afirma que más de 500 soldados y agentes de seguridad han sido asesinados.

El grupo de activistas Avaaz ha señalado en su último informe que las fuerzas de seguridad sirias han acabado con la vida de 1.634 durante su represión de las revueltas. Además, ha indicado que al menos 2.918 personas se encuentran desaparecidas, que otras 26.000 han sido arrestadas --de las cuales 12.617 permanecen detenidas-- y que muchas de ellas han sido torturadas.