La empleada de un laboratorio de la Universidad de California en San Diego se inoculó un virus genéticamente modificado de viruela mientras intentaba inyectárselo a la cola de un ratón. La mujer, que se había negado tres meses antes a vacunarse según un informe publicado por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU, se pinchó, por accidente, con la aguja en el dedo índice.
A pesar de limpiar su herida rápidamente según los protocolos establecidos, diez días después, la asistente empezó a comprobar como su dedo estaba deteriorándose poco poco. A los dos días siguientes, la mujer tuvo que acudir a urgencias con fiebre, dolor e inflamación del ganglio linfático.
Allí le administraron anticuerpos y antibióticos para combatir la propagación de la infección. Aunque la fiebre bajó, el estado de su dedo empeoró a medida que pasaban los días. Sin embargo, después de haber pasado 94 días desde el incidente, el dedo empezó a recuperarse de manera sorprendente.
Afortunadamente y a pesar de que durante los diez primeros días no estuvo aislada, nadie resultó infectado.