La victoria de Ucrania en Eurovisión va mucho más allá del reconocimiento artístico. Con el amplísimo respaldo del voto popular, el país obtiene el apoyo de la opinión pública europea y se lleva su primera alegría después de casi tres meses de invasión rusa. Un triunfo por el que se ha felicitado el presidente Volodímir Zelenski, que quiere convertir Mariúpol en la sede del próximo festival.
Con besos y abrazos, los ucranianos celebran el éxito en el escenario porque "cualquier victoria para Ucrania es muy importante en estos días", aseguran los ganadores de Eurovisión. "La cultura ucraniana ha sido atacada y estamos aquí para demostrar que sigue viva y que tiene un sello muy especial y muy bonito", dice el líder de la Orquesta Kalush.
Ese entusiasmo lo han llevado a una actuación, seguida muy de cerca a pocos kilómetros de las bombas por estos soldados ucranianos que aseguran que "también ganaremos". Un canto a la patria con el que han logrado el respaldo masivo del pueblo europeo frente a la barbarie del Kremlin y también un gran impacto mediático.
Para el presidente Volodímir Zelenski, valor y calidad artística van unidos. "Nuestro coraje impresiona al mundo, nuestra música conquista Europa", ha asegurado en sus redes sociales, convencido de que el año que viene su país albergará la gala, preferiblemente en Mariúpol, una ciudad hoy sitiada y arrasada por las tropas de Vladimir Putin.
Una idea que, a pesar de las circunstancias, comparten sus ciudadanos. "Tenemos que organizar el festival", afirma rotundo un vecino de Kiev. Como él, millones de ciudadanos siguieron el espectáculo con este comentarista de la televisión ucraniana, que desde este búnker, celebra un triunfo que grupos de 'hackers' prorrusos quisieron abortar. La Policía italiana ha informado de que logró evitar varios ciberataques durante el 'televoto'.