Juzgan en Estados Unidos al acusado del atroz crimen que acabó con la vida de Tristyn Bailey, una niña de 13 años, oriunda de Florida, que recibió hasta 114 apuñaladas mientras luchaba contra su asesino, presuntamente un adolescente de 14 años cuyo nombre no ha trascendido al ser un menor de edad.
Fue el 9 de mayo cuando Bailey fue encontrada muerta en un área boscosa. Un día más tarde, el adolescente, principal sospechoso, fue arrestado entre supuestas declaraciones en las que habría admitido la culpabilidad, según informa People citando un informe policial compartido por First Coasts News.
En este último, además, se informaba de que los agentes encontraron un vídeo de una cámara de seguridad en el que se apreciaba a dos adolescentes, que ahora se cree que eran el sospechoso y Tristyn, caminando por una calle rondando las dos de la madrugada. Instantes más tarde, en esa grabación, lo que la cámara capta es al presunto autor del crimen caminando solo, sosteniendo un par de zapatos, a aproximadamente las 3:27 de la madrugada.
Ese mismo día, en el que se emplaza el asesinato y cuando la adolescente todavía permanecía desaparecida, según informa NBC News, el sospechoso supuestamente llegó a hacerse un selfie que compartió en la red social Snapchat mientras hacía el signo de la paz. Junto a la imagen, una pregunta: Hola, chicos, ¿alguien ha visto a Tristyn últimamente?
Instantes más tarde, al sospechoso se lo llevaron para interrogarlo como testigo, y finalmente fue detenido.
Tras encontrar el cuerpo sin vida de Tristyn el forense determinó, observando sus heridas y los apuñalamientos recibidos, que la causa de muerte era un homicidio.
En palabras del fiscal, RJ Larizza, calificar el suceso de “horrible” es “una subestimación”. Porque el caso es tan estremecedor, tan cruel y despiadado que se ha decidido que el menor sea juzgado como un adulto y se han elevado los cargos de los que se le acusan de asesinato en segundo grado a asesinato en primer grado.
“No me complace acusar a un joven de 14 años como adulto por un asesinato en primer grado, pero puedo decir también que el equipo ejecutivo y yo revisamos todos los hechos, todas las circunstancias, la ley aplicable… y no fue una decisión difícil de tomar que debería ser acusado como adulto”, ha manifestado Larizza, dando cuenta de la atrocidad que cometió.
De hecho, precisó que por la gran cantidad de puñaladas que asestó a Tristyn se puede inferir también la “premeditación”.
En total, de las 114 apuñaladas que se estima que recibió, al menos 49 las recibió en sus manos, sus brazos y en la cabeza.
En este contexto, el presunto autor del macabro asesinato, que inicialmente fue destinado a un centro de detención de menores, ahora ha sido enviado a una prisión para adultos, aunque estará en un módulo específico, separado.