El presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha sido investido formalmente este sábado para un segundo mandato de cinco años, en una solemne ceremonia en la que ha asumido que debe ser "un presidente nuevo" para cubrir las expectativas de "un pueblo nuevo", distinto al que le votó por primera vez en 2017.
"El pueblo francés no ha prolongado el mandato que ahora termina. Es un pueblo nuevo, diferente al de hace cinco años, el que ha confiado a un presidente nuevo un mandato nuevo", ha dicho Macron en su discurso, en el que ha plasmado la voluntad de tender puentes que ya expresó incluso en plena noche electoral.
Bajo la promesa de "actuar", "amar" y "servir", Macron ha reconocido "la gravedad de los tiempos" y ha llamado a la colaboración de todos. "Todos juntos, debemos inventar un nuevo método por el cual podamos construir un nuevo contrato productivo, social y ecológico", ha proclamado.
Macron espera dejar como legado "un planeta más habitable" y "una Francia más viva y más fuerte", bajo la premisa de que el país está llamado a "inspirar al mundo".
El acto ha tenido lugar en el Elíseo y, cumpliendo los protocolos, ha arrancado con una primera validación del presidente del Consejo Constitucional, Laurent Fabius, que ha confirmado que el nuevo mandato de Macron comenzará formalmente a las 00.15 horas del 14 de mayo.
En total, unos 400 invitados han asistido a esta ceremonia, entre ellos los expresidentes Nicolás Sarkozy y François Hollande. También han acudido antiguos primeros ministros, así como distintas autoridades que representan a diferentes instancias del poder en Francia.