La Conferencia Mundial del Clima de Glasgow, la COP26, ha arrancado este domingo con su primer pleno en medio de un llamamiento a la ambición, especialmente a los países desarrollados, en los objetivos de reducción de emisiones de CO2 para preservar el futuro de la población del planeta.
La ceremonia de apertura oficial, retrasada alrededor de una hora, comenzó con un minuto de silencio en honor a las víctimas de la pandemia de coronavirus.
El presidente de la COP26 y ministro británico para el Desarrollo Internacional, Alok Sharma, procedió después a subrayar la importancia de la conferencia para cumplir con los objetivos establecidos en el Acuerdo de París de 2015, incluida la limitación del calentamiento global a un máximo de 1,5ºC por encima de los niveles de la era anterior a la industrialización.
"Esta COP es nuestra última y mejor esperanza para mantener estos 1.5 (grados) a nuestro alcance. Esta conferencia internacional debe cumplir con las expectativas", ha declarado el ministro.
Por su parte, la secretaria ejecutiva de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, Patricia Espinosa, ha destacado los logros de los dos últimos años. "Hemos mantenido el proceso en marcha. No hemos dejado que la pandemia se interponga en el camino para abordar el problema más crítico al que se enfrenta esta generación y las venideras. Estamos aquí gracias a ustedes y a su trabajo. Desde el fondo de mi corazón, gracias", ha afirmado Espinosa desde Glasgow.
Espinosa ha advertido que "nos encontramos en un momento crucial de la historia". "La humanidad se enfrenta a varias opciones duras pero claras. O bien optamos por lograr una reducción rápida y a gran escala de las emisiones para mantener el objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5ºC, o bien aceptamos que la humanidad se enfrenta a un futuro sombrío en este planeta", ha señalado.
"O bien optamos por impulsar los esfuerzos de adaptación para hacer frente a los desastres climáticos extremos actuales y crear resiliencia para hacer frente a los impactos futuros, o aceptamos que más personas morirán, más familias sufrirán", ha augurado.
"O bien reconocemos que seguir como hasta ahora no merece el precio devastador que estamos pagando y hacemos la transición necesaria hacia un futuro más sostenible, o aceptamos que estamos invirtiendo en nuestra propia extinción", ha añadido.
En esta situación, Espinosa ha asegurado que "el éxito en la COP26 es totalmente posible". "El informe de síntesis de la ONU sobre el cambio climático, recientemente actualizado, muestra que las emisiones siguen aumentando. Esa es la mala noticia. La buena noticia es que también mostró que para aquellos países que proporcionan contribuciones determinadas a nivel nacional nuevas y actualizada, se prevé que las emisiones disminuyan para 2030", ha indicado.
"Pero necesitamos aún más ambición y que todos los países se sumen, especialmente los mayores emisores del G20, responsables de alrededor del 80% de las emisiones mundiales", ha apelado. Este mismo domingo, el G20 ha anunciado un vago compromiso de alcanzar la neutralidad de emisiones para mediados de siglo.
A invitación de Naciones Unidas, representantes de alrededor de 200 países discutirán durante quince días en la gran ciudad escocesa, con la presencia de más de 25.000 periodistas acreditados, los métodos que necesita la humanidad para contener en la medida de lo posible la aceleración del calentamiento global.
Temas como la emisión de los gases de metano, la reglamentación para analizar los progresos en el marco del Acuerdo de París o la protección de los bosques se integran en la sensación de urgencia que se respira en esta cumbre: una encuesta de opinión de la ONU apunta que el 64 por ciento de las personas creen que el cambio climático es una emergencia y que la COP26 es la "última oportunidad" para frenarlo.
La Tierra ya se ha calentado alrededor de 1,1ºC en comparación con los niveles preindustriales. En Alemania, por ejemplo, el calentamiento es ya de 1,6º. En París, hace seis años, la comunidad internacional acordó limitar el calentamiento global a un máximo de 2ºC, o mejor a 1,5º. Sin embargo, hasta ahora los planes presentados por los estados distan mucho de ser suficientes.
Esta misma semana, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha coincidido con la ONU en que la COP26 es "el momento de la verdad", y ha pedido que la ambición de los participantes se demuestre desde el primer panel de la conferencia: el primer pleno de las partes del protocolo de Kioto y de París, tras días de preparación ante la llegada, a lo largo de la semana que viene, de los líderes mundiales.
El enviado especial para el cambio climático de Estados Unidos, John Kerry, ha asegurado que confía en que los líderes mundiales puedan alcanzar un "progreso enorme" durante la COP26. "Tenemos que alcanzar en torno a una reducción del 45 por ciento durante los próximos diez años y esta es la década clave, así que todavía tenemos 30 días para trabajar y seguiremos trabajando", ha declarado el enviado especial.
Por su parte, las organizaciones medioambientales y el secretario general de la ONU, António Guterres, se han quejado en los últimos días de que muchos países no han ajustado lo suficiente sus planes climáticos en los dos años transcurridos desde la última conferencia de la ONU en Madrid y han retrasado la necesaria eliminación rápida del carbón, el petróleo y el gas.
Esto se debe a que el calentamiento de la atmósfera provocado por el hombre a través de los gases de efecto invernadero ya está provocando que los fenómenos meteorológicos extremos se vuelvan más frecuentes. Los ejemplos incluyen las recientes inundaciones en Alemania, la sequía en la zona del Sahel en África y los devastadores incendios forestales en California y Rusia.