Cuando España y Marruecos celebraban la apertura de fronteras de Ceuta y Melilla, se cierran las de Argelia. De acuerdo con el programa de conexiones aéreas desvelado este jueves por el Ministerio argelino de Transportes, la compañía de bandera del país magrebí, Air Algérie, deja de volar con España.
Lejos de haber sido un berrinche de unos pocos días, la indignación del régimen argelino con el Gobierno de Pedro Sánchez por su giro en el Sáhara Occidental –al apoyar la propuesta de autonomía marroquí para la ex colonia española en una carta remitida al 14 de marzo al rey Mohamed VI- no mengua. No hay tregua para el Ejecutivo de Sánchez en el Magreb.
De acuerdo al mecanismo de asignación de rutas aéreas habitual, las autoridades argelinas proponen una serie de vuelos con un país y autorizan a las aerolíneas de ese Estado a contar con hasta el mismo número de vuelos que operen sus dos aerolíneas nacionales (Air Algérie y Tassili Airlines).
Al desaparecer España del programa estival de Air Algérie, lo harán en consecuencia previsiblemente también las conexiones que existían hasta ahora con España, que eran tres rutas a Barcelona desde Argel con Vueling y una a Madrid desde la capital argelina con Iberia.
Así las cosas, tras la difusión del comunicado del Ministerio de Transportes argelino en la tarde de este jueves –en el que se dio cuenta de la ampliación de rutas aéreas entre las ciudades argelinas y otras de todo el mundo-, el único medio de transporte garantizado –de momento- entre los dos países es el ferry semanal que une las ciudades de Alicante y Argel con la naviera Algérie Ferris.
Entretanto, Argelia ha incrementado los ferris entre Argel y Marsella, que pasa de una frecuencia semanal a seis. Una mala noticia que afectará al personal de la Embajada española y otras instituciones de nuestro país en el gigante norteafricano, así como a los empresarios españoles que frecuentan Argelia.
“No está en lo correcto el Gobierno de España si se piensa que lo de Argelia ha sido una pataleta. Para los argelinos el orgullo es muy importante”, asegura el analista de mercado especializado en Argelia José Antonio Doñoro en relación al desencuentro. “Todas las importaciones españolas en Argelia que necesitan certificados sanitarios están ya suspendidos desde hace más de un mes”, recuerda a NIUS este experto en relaciones comerciales hispano-argelinas.
Las noticias sobre la desaparición de España como destino para las aerolíneas argelinas culminan –por ahora- dos meses de reveses para los intereses españoles. La primera de las decisiones del presidente Abdelmadjid Tebboune fue la retirada del embajador argelino en España, Said Moussi, un día después de trascender el contenido de la carta enviada por Pedro Sánchez al rey de Marruecos, Mohamed VI, que selló la normalización entre Madrid y Rabat.
Después llegaría, a comienzos de abril, la confirmación de la subida de precios del gas argelino a España y el fin de las repatriaciones de inmigrantes irregulares argelinos por barco a nuestro país. Posteriormente trascendía que Argelia estaba suspendiendo las licencias de importación de animales vivos –sobre todo vacuno- a los empresarios españoles. Uno de los grandes temores es que el régimen argelino emplee además la baza de la migración irregular contra España en los próximos meses para aumentar el castigo a Sánchez.
Pero la amenaza que aún reverbera fue la formulada por el ministro de Energía argelino Mohamed Arkab –tras haber sido informado por la vicepresidenta tercera Teresa Ribera de la autorización española de la explotación del Magreb Europa en sentido inverso- el pasado 28 de abril: Argelia cerraría el grifo del gas si “una sola gota” de su hidrocarburo llegaba a Marruecos –Argel rompió relaciones diplomáticas con sus vecinos en agosto de 2021- aprovechando la infraestructura en suelo marroquí del Magreb Europa (cuyo contrato Argelia no renovó el pasado 31 de octubre en medio de la crisis con Marruecos). Arkab avisó a España de que si parte del gas natural de su país tiene como destino “otro que el previsto en los contratos”, ello se consideraría una ruptura de los compromisos contractuales” adquiridos por la empresa estatal Sonatrach con sus clientes españoles.
Entretanto esta misma semana, en una entrevista con el digital marroquí Medias 24, la titular marroquí de Transición Energética y Desarrollo Sostenible, Laila Benali, daba cuenta de que su país ultimaba las compras de gas natural licuado antes ser enviado en barcos a España para su posterior regasificación en las infraestructuras españolas.
Un gas que, llegado a Tánger desde la Península, transitará por el tramo marroquí del Magreb Europa. Aunque las autoridades marroquíes han precisado en sus comparecencias públicas de que el gas que llegará desde España está siendo adquirido en los mercados internacionales, Argel no parece dispuesto a comprobar la procedencia del gas y sí a tomar nuevas determinaciones.
Con todo, el presidente Tebboune había aseverado en una entrevista televisiva el pasado 23 de abril, cinco días antes de la advertencia de su ministro de Energía, que no peligra el suministro de gas a España, eso sí, acusando a Sánchez de “haberlo roto todo” en las relaciones bilaterales.
En las últimas fechas las autoridades españolas han evitado referirse a la posibilidad de que Argelia, tradicional primer proveedor de España de gas natural, de que el país norteafricano cierre el grifo del hidrocarburo definitivamente. Tras las declaraciones de Tebboune, el ministro de Exteriores José Manuel Albares se limitó a calificar de “estéril” la polémica con las autoridades argelinas, algo que no agradó nada en Argel (no en vano, el enviado argelino para el Sáhara Occidental y el Magreb, Ammar Belani, tildó de “lamentables y totalmente inaceptables” las palabras, a su vez, de Albares). Lo único que parece seguro es que el guion de la controversia está lejos de haberse cerrado.