80 aniversario del inicio de la Segunda Guerra Mundial: el presidente de Alemania pide perdón a Polonia
Frank Walter ha pedido perdón por las atrocidades que se cometieron
"Rindo homenaje a las víctimas polacas de la tiranía alemana"
La IIGM causó unos 80 millones de muertos
El presidente de Alemania, Frank Walter Steinmeier, ha pedido perdón a Polonia por las atrocidades cometidas durante la Segunda Guerra Mundial durante un discurso en Wielun, la primera ciudad bombardeada por la Luftwaffe durante esta guerra.
"Rindo homenaje a las víctimas del ataque a Wielun. Rindo homenaje a las víctimas polacas de la tiranía alemana y les pido perdón", ha afirmado Steinmeier, tanto en alemán como en polaco. Steinmeier, junto con varios jefes de Gobierno, ha visitado Polonia para conmemorar el 80º aniversario del comienzo de la Segunda Guerra Mundial.
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Por su parte, el presidente polaco Andrzej Duda ha señalado que "quién iba a imaginar que la Segunda Guerra Mundial comenzaría con un acto tan atroz y bárbaro, que de hecho no fue un acto de guerra, sino un acto de terrorismo".
"No podemos olvidarnos de la Segunda Guerra Mundial, incluso cuando sus testigos ya no están con nosotros, para asegurarnos de que lo que ocurrió en Wielun y más tarde en muchos otros lugares de Polonia y el extranjero, no se repita nunca", ha aseverado Duda.
Además ha agradecido a su homólogo alemán su asistencia a las conmemoraciones del aniversario de la Segunda Guerra Mundial. "Gracias a su presencia aquí, los alemanes se enterarán de la tragedia de Wielun", ha destacado.
"Es más fácil ir donde los soldados lucharon que al lugar donde el Ejército bombardeó criminalmente a civiles que estaban dormidos", ha criticado Duda. La presencia del presidente alemán en Wielun es una forma de "compensación moral", ha concluido.
El ataque alemán contra Polonia el 1 de septiembre de 1939 marcó el comienzo de la Segunda Guerra Mundial, que causó unos 80 millones de muertos. Solo en Polonia, se estima que perdieron la vida hasta seis millones de personas. La capital, Varsovia, y muchas otras ciudades polacas quedaron reducidas a escombros y cenizas.