Tortugas, ranas y salamandras encerradas en una diminuta bolsa de plástico agonizan al sol para lucir como llaveros. "Pueden vivir hasta dos meses y cuando se acaba el aire de la bolsa hay que sacarlo a un acuario", comenta el vendedor en un céntrico mercadillo de Pekín. Intenta justificarse diciendo que el líquido de colores lleva nutrientes y que los animales están perfectamente. Los vende a 10 yuanes, poco más de un euro. "Hay días que hasta gano 500 yuanes", es decir, casi 60 euros, toda una fortuna en China, lo que pone de manifiesto que le sobran compradores.Esta moda, absurda y cruel, prolifera en mercadillos callejeros en China no existen leyes contra el maltrato animal. La única manera de erradicar esta venta es intentar concienciar a la gente para que no los compren. Es lo que intentan las asociaciones de protección de los animales como el Centro Internacional Veterinario de Pekín, al que llevamos unas muestras. "Cuando los compraste estaban vivos porque tienen un poco de aire en el interior de la bolsa, pero es insuficiente y se asfixian pronto, ya están muertos" dice la veterinaria Yang WeiWei. A pesar de las promesas del vendedor, los animales han muerto en a penas media hora. El líquido es agua con colorante y la supuesta comida es tan sólo una piedra. "Estamos muy tristes…a muchos chinos nos ofende y no queremos que la gente piense que todos somos así" dice María Peng, mientras insiste en lanzar un mensaje: si la gente no los comprase, esta brutal moda no existiría.