"Estas imágenes extraordinarias las tomaron sirios que arriesgaron sus vidas para documentar los intentos insensibles de las autoridades de aterrorizar al movimiento prorreformas e impedir que salga a la calle", comenta Philip Luther, director adjunto de AI para Oriente Medio y el Norte de África.
"A la vista de estas y otras impresionantes imágenes de claros abusos, el presidente Bashar Asad tiene que ordenar a las fuerzas de seguridad sirias que dejen de disparar contra manifestantes inermes y garantizar que quienes perpetran (esos crímenes) respondan ante los tribunales".
Las filmaciones incluyen entre otras escenas la redada en la mezquita Omari, que se estaba utilizando como hospital de campaña, imágenes de soldados y hombres armados de paisano dentro de la mezquita durante la operación que gritan de júbilo mientras filman los cadáveres: "Filmad. Los hemos matado. Son traidores".
Otras imágenes muestran a personas gravemente heridas o tal vez incluso muertas, gente que parece haber sufrido gravísimas heridas de bala en la cabeza, dos escenas de miembros de las fuerzas de seguridad uniformados aporreando a heridos tendidos en la calzada y el testimonio de un enfermero que informa de que el ejército impedía a la gente ocuparse de los heridos.
En otras escenas aparecen grandes grupos de niños que se suman a las protestas y a los funerales de unas seis personas, entre ellas un muchacho y un anciano, explica AI, que recuerda que las fuerzas de seguridad han dispersado en varias ocasiones tales funerales haciendo uso de su fuerza letal.
"Estos vídeos son una razón más para que el Consejo de Seguridad de la ONU dé pasos decisivos y remita a Siria al Tribunal Penal Internacional por su brutal represión de los manifestantes", afirma AI. EPF