Es Alfie Evans, el bebé británico, con una enfermedad terminal, respirando por sí mismo después de que lo desconectaran anoche del respirador artificial. Así lo había sentenciado un tribunal británico tras consultar a expertos que aseguraban que no podía mejorar. Sin embargo, los padres de Alfie no se rinden. Piden que les permitan llevarse al pequeño de 23 meses a Italia. Allí le han concedido la nacionalidad italiana y los médicos quieren seguir tratándolo. El Papa se ha solidarizado con ellos.