La investigación sobre las circunstancias de la muerte de Alexander Stern, hijo del millonario Ronald Stern, cuyo cuerpo fue hallado en el río Támesis cuatro meses después de desaparecer, ha concluido que el joven de 36 años se quitó la vida tras lidiar con un amplio historial de abuso de drogas y problemas mentales, según informa 'Metro'.
Stern fue visto por última vez el 11 de enero de 2020, cuando visitó un pub cerca de la mansión de sus padres en Sonning, Berkshire. Los investigadores de la policía descubrieron que se había reunido con su hermana Emily el 9 de enero para cenar y a la mañana siguiente había retirado 20.000 libras esterlinas de un cajero automático antes de tomar un taxi de 120 libras esterlinas desde Londres a Berkshire.
Los oficiales descubrieron una mochila que contenía pertenencias suyas, pero no había rastro de él, hasta que el cuerpo del joven salió a la superficie del Támesis y fue descubierto por un piragüista el 4 de abril del año pasado.
El problemático hijo de Ronald Stern, un magnate de la papelería que posee una de las principales colecciones de Ferrari en Gran Bretaña, había sido diagnosticado con trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y un trastorno de personalidad emocionalmente inestable. Su madre, Susan, contó cómo él le había hablado en los días previos a su muerte acerca de cómo había estado en un puente pero, en sus palabras, "no tuvo el valor de suicidarse".
"Sentí que estaba sopesando el suicidio o un nuevo comienzo. Se quedó sin energía y opciones y se dio cuenta de la magnitud de su vacío. Ronald y yo nunca hubiéramos abandonado a Alex", contó la señora Stern.
De pequeño Alexander era un niño "sociable e interesado en la naturaleza". Sin embargo, a medida que fue creciendo su madre notó que había comenzado a tener problemas mentales y que tenía "total desprecio por el valor del dinero".
Cuando estudiaba en la Universidad de Edimburgo, pidió más dinero además de su asignación y dejó de asistir a clases. Antes de morir, Alexander estudiaba un Master en negocios y trabajaba en un café cerca de su apartamento en Chelsea. Consumía cocaína diariamente y había estado asistiendo a reuniones de Narcóticos Anónimos.
En España, disponemos de varios recursos como el Teléfono de la Esperanza (717 003 717) o el Teléfono Contra el Suicidio (911 385 385), dedicados a la prevención del suicidio.