Son 13 kilómetros en los que parece que la organización no quiere que los participantes lleguen al final. Wolverhampton (Reino Unido) celebra una de las pruebas más duras del mundo en la que 4.500 participantes luchan contra todo tipo de obstáculos aderezados con el barro y el frío. El vencedor, un alemán, que ha tardado una hora y media en completar la prueba.